Que la elección de las palabras y la forma de mezclarlas formando frases pueda transmitir tantas sensaciones es magia. Qué fuerza pueden tener algunas de ellas en el momento adecuado. Una osita ya no será lo mismo. O sí.
Esa frase final que resaltas, Mobley, es tremenda tremendísima. Un horror frente a lo más tierno. Agradesagradable, que dice por ahí. Aunque tengo que decir que ese final me parece demasiado abrupto y, lo que es peor, fuera de lugar. Porque a lo abrupto ya estamos acostumbrados. Aunque quiera simbolizar lo anodino de los prefabricados frente a la libertad hippie, me ha parecido demasiado.
Como decís, lo importante de este cuento (ya que el argumento tampoco es nada del otro mundo, aunque sí tierno y melancólico) es la forma en que está escrito. Es fabuloso, es el genio del tiempo y el espacio. En este cuento se demuestra la gran importancia de acompañar la acción con la forma adecuada. De enfatizarla. Ese bolso volcado... Es una delicia. Normal que estemos extasiadas, Babel
Y los lugares los convierte en formas de ser: eres Kindberg, eres Copenhague, tan Shepp... Qué bien sentimos las dudas de Marcelo y su inseguridad, recuerdos y rencores. Y esa forma de Lina de adivinarle la voz, de entender el tono de su voz más que las palabras.
emedoble escribió:Y el final es impactante, sobre todo porque a mí me deja pensando: ¿hubiera sido diferente si hubiese dejado que Lina le acompañase?
No sé por qué, pero a mí me parece que sí, que se hubiese salvado
Yo también creo que sí, era su salvación, pero prefirió acabar. Como dice Mobley, Lina llega tarde aunque el teatro de su flequillo.
Qué buena elección carmenneke!! No me extraña que Mobley lo quisiera también
Y gracias por la música ambiente.