Es un recorrido vital, en el que a veces parece que se centra mucho en el personaje y sus obsesiones y poco en la persona (apenas menciona un par de veces de pasada a su mujer y sus hijos o cómo se va sintiendo, salvo para despotricar de los políticos), salpicando de homenajes a algunas personas que conoció en distintos momentos de su vida, como el caid Manolo, Coustau, Bertolucci...50 años de aventuras, periodismo y éxitos literarios
Desde que Alberto Vázquez-Figueroa terminó sus estudios en la Escuela Oficial de Periodismo en 1959, su trayectoria ha sido tan variada como apasionante. Además de vender más de 25 millones de ejemplares de sus novelas en todo el mundo, Vázquez-Figueroa ha sido buzo con Jacques Cousteau, reportero de guerra para La Vanguardia y TVE, cazador de elefantes en África e inventor de un revolucionario sistema para potabilizar el agua del mar.
Me reí un montón cuando contó cómo sacó matrícula en latín y me asombré varias veces de cómo se ha ido reinventando y de la gente a la que ha conocido. Mas triste es la parte en la que cuenta las guerras y la explotación y sorprendentes algunas de sus ideas, como Babilonia 2000.
Además, tiene la ventaja de que se lee de tres sentadas y te quedas con ganas de saber más de su vida.