
Tomas Tranströmer nació el 15 de abril de 1931 en Estocolmo, y como impulsado por una rara inquietud empezó a escribir poesía desde muy temprana edad; a los 13 años ya estaba pergeñando lo que después sería su primer poemario (17 poemas). Desde esa época hasta la fecha no ha dejado la literatura por más que haya recibido golpes tan fuertes como el de 1990, fecha en que sufrió un ataque cerebral el cual afectó su capacidad de hablar pero no la de comunicarse.
Su creatividad se ha visto consolidada tanto por su experiencia como por la reflexión. Su labor alterna tanto de traductor y sicólogo en centros penitenciarios y hospitalarios es digna de elogio, y le ha permitido conocer conciencias desconocidas; ello le ha ayudado tener una idea más clara de la humanidad.
La característica de su poesía radica en la fuerza y plasticidad de los enigmas, el lenguaje con que aborda sus grandes temas también es diferente en tanto que se apoya en la sencillez, su poesía grafica y captura lo inasible. Hay una intención de tratar de entender el mundo; temas como el dolor, el amor, el tiempo, la muerte, la ausencia son una constante en su poética.
Su poesía sencilla y clara está compuesta tanto por un mensaje humanitario como por la maestría con la palabra.
Otra de las cualidades extraordinarias en Tranströmer y que grafica la otra etapa de su literatura es el gran interés por los haikús; con esta forma poética, la comunión ha llegado a su experiencia más alta. El lenguaje y sensibilidad van a la búsqueda de la compresión de la existencia.
Gracias a sus importantes colaboraciones Tranströmer se ha convertido en uno de los poetas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Dentro de sus preferencias siente un profundo amor por la música, motivo por el cual recurre a este tema en su obra poética. Por sus trabajos iniciales trataron de vincularlo con el surrealismo; sin embargo, con el pasar del tiempo, ha logrado erigir una obra emblemática apartada de toda corriente.
El cielo a medio hacer es una colección de 13 libros que recorre desde mediados de los 50 hasta 2003. En esta colección encontramos lo mejor de la poesía del gran poeta escandinavo. Aquí hallamos libros como 17 poemas (1954), Secretos en el camino (1958), El cielo a medio hacer (1962), Tañidos y huellas (1966), Visión nocturna (1970), Senderos (1973), Bálticos (1974), La barrera de la verdad (1978), La plaza salvaje (1983), Para vivos y muertos (1989), Góndola fúnebre (1996), Haikús y otros poemas (2003), Visión de la memoria (1996). Gracias a la publicación de este texto en nuestro idioma podremos conocer un poco más a este gran poeta que cada día se impone dentro de la literatura mundial.
En todo el conjunto de su poética encontramos un profundo deseo de conocer y entender el mundo.
Elementos tales como la invención de un lenguaje elegante, buen manejo de la metáfora, exactitud sensorial, sensibilidad, constante referencia hacia la naturaleza... Hacen de la poesía transtromeriana una isla obligada a encallar por todos nosotros.
A través de su laborioso trabajo y su compromiso por la vida y el arte encontramos en Tranströmer la labor de un poeta vital y venal. Su poesía es un camino hacia la búsqueda de la esencia, explora el mundo a través de un lenguaje sencillo y sobre circunstancias cotidianas. Se dice que inicialmente había sido juzgado como un poeta superficial y nada interesado por la realidad; sin embargo, con el paso del tiempo, vemos que su poesía trasciende lo común e inmediato, su poesía es un tratar de entender la identidad y esencialidad del ser humano. Visto desde ahora vemos que su trabajo se basa en la experiencia y en la realidad circundante.
Letralia