La novela me ha resultado interesante además de entretenida, como todas las que he leído de Lorenzo Silva. Me considero uno de sus lectores más o menos fieles. Me agrada, además, que se haya querido experimentar narrando un testimonio a través de otro, sin que llegue a crear confusión. No sé, me da que este libro no ha cuajado entre el público lector.
Lorenzo Silva aprovecha las peripecias del divisionario y los diálogos profesor-alumno, divisionario-profesor, para contarnos diversas formas de afrontar la vida. En general, marcadas por un sentido del deber. Quizá en ello influye que el escritor tiene, o tuvo, familiares en la milicia. Al menos recuerdo que su abuelo figuraba en la portada de “El nombre de los nuestros”.
Considerando los tiempos que corren, reconozco la valentía de explicar y valorar con equilibrio a José Antonio y sus escritos. La novela es honrada y nada tendenciosa en cuestiones que, hoy en día, son un campo de minas, siguiendo el símil militar.
Parece que ahora todo es espinoso o políticamente incorrecto. Somos la repera. Y es una pena, porque la División Azul es, sobre el papel, un tema atractivo y muy poco abordado por la literatura española. De pequeño, tuve un vecino que estuvo allí, y también un profesor del colegio, y lo poco que contaban –los que de verdad han estado en un “fregado” de aquellos, cuentan más bien poco- me estimulaba la imaginación: la nieve, el miedo, estar lejos de tu casa, la crueldad, pero también el compañerismo, los ideales, el valor…
Casualmente la lectura de “Niños feroces” ha coincidido con la del álbum azul de del cómic “Nuevas Hazañas Bélicas”, también ambientado en esos acontecimientos. Y ya que estamos, a ver si localizo “El rojo en el azul” de Jerónimo Tristante, que le tengo ganas y no hay manera. Por cierto que cuando lo leía me venían a la memoria las novelas de Jerónimo, por lo que tienen de didáctico, de crearte inquietudes para investigar sobre algunos asuntos. Con “Niños feroces” me he interesado por Edith Stein o Walter Benjamin, he buscado una película que recomienda de Brian de Palma (yo no la recomiendo
), etc.
Hay que ver lo bien que describe Lorenzo Silva los episodios bélicos. Ya lo hizo en “El nombre de los nuestros” y “Carta blanca”. Pero vaya, que tampoco es que “Niños feroces” se plantee como una novela sobre la División Azul, sino sobre el devenir de la vida, y ahí radica para mí su atractivo.
Un pero, común a casi todo lo escrito por Silva, es la construcción enrevesada de algunas frases, que obliga a releerlas para comprender su significado.
Creo que la novela da para mucho, pero no me quiero extender más. La recomiendo: no es nada extensa, es amena y a la vez te hace reflexionar. Que no es poco.