Tengo los comentarios a los primeros cuentos en otro ordenador, así que os los pondré otro día. Y las imágenes de entrada a los cuentos están muy bien, sobre todo la de la ranita.
Phenomena: un poco rallada y confuso, aunque el planteamiento de partida es bueno.
Dentro de algo pequeño (Ernesto Sierra): ¡oh, qué mala leche!
y eso que en realidad trata de las relaciones personales. Por cierto, un mundo muy triste.
Abecedario (Ernesto Sierra): lo mejor, la descripción del mundo tóxico. Lo peor, demasiados pocas páginas para los personajes del abecedario para registrar a la primera todas las relaciones entre ellos.
Metamorfosis para todos los públicos (Sergio Perales): no me ha gustado nada y además necesita una buena corrección gramatical. Parece antitaurino, pero el lenguaje es tan pomposo que es difícil saber si es así o un homenaje al toro.
El estado vertical (Sergio Perales): original versión de
1984, aunque el control por el número de palabras que se permite aprender es todavía mas terrorífico que la neolengua.
Griticultor (Jorge Biarge): bien escrito, pero la explicación de narrador me dejó fría y le quitó fuerza a la parte de Jota.
Ciudad Jardín (Jorge Biarge): muy curiosa, sobre todo teniendo en cuenta que era una zona normal cuando entraron. ¿Cómo se convertirán en errantes los que se pierden?
Aguas blandas (Ernesto Sierra): me encanta tanto la mala leche que destila como el juego de palabras del título con la Gran Ombú.
La sed de Ícaro (Jorge Biarge): curiosa visión del mito de Ícaro y Dédalo y el laberinto de Minos.
El amor es más frío (Sergio Perales): desasosegante. Y es la segunda vez que se nombra a Hitler en la antología. Por cierto, lo del congelador no deja de ser irónico.
Vitezslav, el pintor (Sergio Perales): el dibujo es tan genial como el de la ranita. El final es socarrón, pero me ha dejado una sensación extraña con tanto grito.
Cachano (Jorge Biarge): bien escrito, pero demasiado filosófico para mi gusto.
Aún después de muerto (Jorge Biarge): ídem al anterior. La amargura del Lázaro bíblico queda demasiado bien retratada para sentirse uno cómodo.