El caso del cordero

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Gregsamsa
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El caso del cordero

Mensaje por Gregsamsa »

basado en el cuento "Cordero asado" (Lamb to the slaughter) de Roald Dahl
El caso del cordero
Viernes 9:00
Golpean a la puerta tres veces, tres sonidos secos, duros pero firmes, decididos. Si no me equivoco debe ser el sargento Jack Nooan, del departamento de policía. Regularmente viene a nuestra casa apelando a los servicios de mi amigo K. cuando tienen dificultad en resolver algún caso. K. cada vez los soporta menos a causa de que él suele dar con la solución muy rápidamente y a él lo que le fascinan son las cosas difíciles, los acertijos casi irresolubles. La señora Grubach se dirige presurosa a abrir. Desde la entrada me llega una conversación que me parece grabada, de tantas veces que la he oído:
-Buenos días, señora Grubach-dice mientras se saca el sombrero, tan típico en estos años- ¿Se encuentra el profesor Harker y el detective K?
-Buenos días, sargento. El profesor se encuentra terminando su desayuno en la sala, si lo desea le anunciaré que lo busca. Lamentablemente el señor K. ha salido anoche a altas horas y todavía no ha vuelto o al menos no ha entrado por esta puerta.
-Muchas gracias, señora. Sí, hágame el favor de decirle al señor Harker que deseo urgentemente hablar con él.
La señora así lo hizo, por lo que pronto la figura del sargento estuvo delante de mí.
-Buenos días, señor Harker y disculpe si interrumpo su desayuno. He venido aquí acudiendo en ayuda en nombre de todo el departamento de policía, el asunto se ha tornado un poco personal. Déjeme que le cuente….-el sargento se vio interrumpido por la brusca apertura de la puerta principal.
-¡Harker, Harker! Acabo de resolver el caso del misterioso secuestro del Doctor Watson, compañero de Holmes. Ha sido nada más ni nada menos que nuestro colega: el calvo del inspector Poirot. Sus bigotes nunca me han simpatizado. Ahora mi prejuicio tiene basamento.-rápidamente K. divisó al sargento.-Pero si es nuestro sargento Nooan-dijo y le estrechó la mano. Supongo que vendrá por esto ¿No es así? –terminó su pregunta y extendió el Times del día en la mesa.
-K. ¿A qué noticia se refiere?
-¡A la referente a la muerte de Patrick Maloney, por supuesto! Por lo que pude apreciar el caso resulta de lo más interesante, gracias a su oscuridad. ¿Estoy en lo correcto, Nooan?
-Sí, es verdad, K.-respondió con aire afligido-Todos pensamos en su nombre dada la situación tan extraña. Si gustan acompañarme a la residencia de Maloney, allí está la reciente viuda, Mary. Se encuentra a tan solo cinco cuadras, en el camino les detallaré lo que sabemos hasta ahora.
-¡Qué placer da empezar un día con un acertijo por resolver! No haga ese gesto, sargento. Mi entusiasmo no estriba en la muerte de su amigo, sino en mi trabajo, este juego. Tan solo deme unos instantes que debo realizar una tarea impostergable, no tardaré mucho.
A continuación K. fue hacia donde estaba el teléfono, como todas las mañanas, marcó el número que sabía de memoria y dijo:
-Hola Bobby, estuve meditándolo y estás perdido: ¡D4, mate en cuatro jugadas! Es que una salida nocturna siempre ayuda a mi concentración. Mañana con gusto empezaremos otra partida. Tú llevarás las blancas y no le diré a nadie que has sido vencido. Hasta luego. -dejó el teléfono y volviéndose a nosotros- Ahora sí ¡Manos a la obra!
En el trayecto hasta la casa de Maloney, el sargento nos puso al tanto. Esto fue lo que nos contó:
-Ayer mismo recibimos la llamada de Mary Maloney, la viuda. Estaba alarmada, asustada, como cabría de esperarse. Dijo: -¡Pronto! ¡Vengan en seguida! ¡Patrick ha muerto! Charlie y yo fuimos de inmediato. En palabras de Mary, “Cuando Patrick llegó ella estaba cosiendo, y él se sintió tan fatigado que no quiso salir a cenar. Dijo que había puesto la carne en el horno -allí estaba, asándose- y se había marchado a la tienda de comestibles a comprar verduras. De vuelta lo había encontrado tendido en el suelo.” ¿Tiene algo para opinar de esto, K?
K. estaba demasiado concentrado, luchando contra el cubo Rubik, solo le faltaba una cara de las seis. A veces K. tiene momentos en los que se aísla del mundo y no le presta atención más que a sí mismo. Traté de traerlo de vuelta a este lado, pero antes de que le gritara alzó su mano izquierda como previendo lo que iba a hacer, pidiéndome unos segundos, los que le bastaron para terminar su juego. Cuando completó la cara restante, arrojó el cubo en un tacho de basura. Así es mi amigo: cada vez que termina algo se aburre inconmensurablemente.
-Dígame, Nooan, según lo que usted me cuenta, supuestamente, la mujer fue la última en verlo con vida a su compañero ¿No es así?-preguntó K. haciendo rodar una moneda entre sus dedos en cada mano.
-Sí, hasta ahora es lo que tenemos.
-¿Y saben algo de la persona que la atendió cuando fue a la tienda?
-Sí, Sam Gamgee. Hablamos con él. Esto fue lo que nos dijo: parecía normal…, muy contenta…, quería prepararle una buena cena…, guisantes…, pastel de queso…, imposible que ella…" K. dejó de caminar unos instantes. -¿Qué sucede, detective?-preguntó Jack, al verlo tan abstraído.
-“Parecía normal”…“muy contenta”… interesante, más que interesante.-y luego recitó unos versos extraños- ¡Oh, qué difícil es el trabajo de sacar a un hipopótamo del pantano! Nos volvimos hacia a él con las miradas extrañadas
-¿Pero qué dice, K?-dijimos al unísono con el sargento
-Sargento, ¿cómo sacaría al hipopótamo del pantano?-dijo, con toda la naturalidad que de vez en vez lo caracterizaba.
-¿De qué me habla? ¡Por favor, concéntrese en el caso, detective!-gritándole.
-Está bien, lo resolveré yo solo.
-Algo más: estamos en ascuas con respecto al arma homicida. Por lo que pudimos constatar fue “un instrumento pesado, casi seguro una barra de hierro” lo que le causó la muerte a Maloney. Pero no encontramos nada que nos diera un indicio del arma dentro de la casa. Ni las puertas ni las ventanas fueron forzadas.
-Más que interesante…

Con un aire tenso y silencioso continuamos caminando hasta la casa de los Maloney. La casa era como casi todas en el barrio: una gran ventana al frente, puerta principal y un garaje. El sargento llamó con los mismos golpes que dio más temprano en nuestra casa. Desde adentro se escuchó una voz femenina que nos anunciaba que ya nos iría a abrir. Mientras esperábamos observé de reojo a K., estaba murmurando, alcancé a oírle “¿Una escalera? No. ¿Un helicóptero? Tampoco, esto está muy difícil…”
Mary Maloney nos abrió la puerta. Era una mujer que rondaba los cuarenta años, tenía unos ojos oscuros penetrantes, poseía los signos de haber estado llorando recientemente. Como todas las esposas de los policías se dedicaba solamente a su marido, sirviéndolo en todo lo que podía. Mary era hermosa o al menos solía serlo, parecía que al haber dedicado toda su vida a la mirada de un solo hombre de alguna forma había renunciado a la mirada de terceros.
Nos hizo pasar. Su carácter se condicionaba con su aspecto, era muy amable, tenía una voz muy suave y delicada. Nos sentamos en la sala de estar e inmediatamente K. le hizo las preguntas de rutina:
-Mary ¿Me puede relatar los hechos sucedidos ayer hasta que encontró a su esposo al regresar de la tienda? Sé que lo ha contado varias veces ya, pero necesito escucharla a usted, dado que es la protagonista en todo este enredo. Así lo hizo. Al finalizar K. adoptó ese aire distraído que lo había hecho tan famoso. A cada rato murmuraba “muy interesante”.
-Déjenme repasar los hechos. Ustedes, señora Maloney, no fueron a comer afuera como acostumbraban cada jueves. Nooan ¿Usted lo había notado más cansado que de lo de costumbre al señor Maloney?-preguntó K., dirigiendo su mirada hacia el sargento.
-No había reparado en eso. Ahora que usted me lo hace notar, no, lo vi atribulado, mas no cansado.
-Atribulado… muy interesante, de verdad. Ahora quisiera hacer hincapié en otro detalle, si me lo permiten. Sam, el hombre que lo atendió en la tienda, excúsenme la cacofonía, dijo que usted, señora Maloney, “estaba muy contenta”. Ahora bien ¿Cómo puede haber estado tan contenta si su esposo, según nos cuenta el sargento, se hallaba apenado, “atribulado”?
En ese momento, Mary Maloney rompió en llanto. Fue presa de convulsiones. El sargento tardó unos minutos en ayudarla en recomponerse. Mi amigo y yo salimos un momento, alejándonos del momento tan tenso.
-Y bien, Harker ¿Qué piensa de todo esto?-me preguntó una vez afuera
-Todavía nos falta ver el tema del arma homicida. El arma ausente.-le respondí, eludiendo de alguna manera la pregunta.
-Sí, eso también cuenta con mucho interés. Volvamos adentro, veremos si la dama se ha recuperado, necesito que responda a mis preguntas lo antes posible.
La señora Maloney se hallaba más tranquila, hablando de trivialidades con el sargento. Nos dirigió la mirada en cuanto se percató de nuestro regreso.
-Lamento que le haya causado tal sufrimiento, señora, pero necesito que responda a la pregunta que le hice antes. Porque es algo que realmente no llego a comprender.
-Detective, tal vez usted no entienda, no sé si algún día lo hará. Una mujer como yo que dedica todo su tiempo a la espera de su esposo y que solo quiere que él esté lo más cómodo posible siempre está contenta cuando realiza acciones en su favor.-dijo la señora, ahora mucho más calmada.
K. comenzó a caminar por toda la sala, deteniéndose a instantes para mirar hacia todos lados en general y a ninguna parte en particular, hablando en un volumen muy bajo. De repente dio un salto en el lugar y dio un grito que casi nos asustó a todos:
-¡Pero que se ahogue el hipopótamo! ¡Ya lo tengo! Señora Maloney usted mató a su esposo. –Dijo esto volviendo su mirada hacia la mujer.
-¿Pero cómo puede acusarme así?
-No me queda la menor duda de que usted fue la culpable. No se explica, no, que alguien que dedica todas sus energías a su compañero cuando este está tan apenado, se muestre tan contenta. Eso puede pertenecer al carácter, fingido, de la persona que quiere mostrarse “normal”, cuando todos sabemos que la normalidad es un poco más o un poco menos de locura.
-¡Detective! Yo lo amaba a mi esposo. ¡Yo lo amaba! ¡Nunca pude haberle hecho algo como lo que usted dice!
-Las personas hacen, hacemos, todo lo que tenemos para seguir con nuestras vidas, nos creamos rituales, rutinas para continuar viviendo. Sin estos rituales estaríamos inseguros. Algo ocurrió, algo que usted no esperaba, algo que hizo él o que dijo para crear una ruptura en su cotidianeidad. ¿Qué fue, señora? Díganos, ya es hora. Nuestra dama comenzó a gritar y a llorar al mismo tiempo sin darnos tiempo a reaccionar.
-¡Tenía otra mujer! ¡Por dios santo! ¡Otra mujer! ¡Otra mujer! ¡Tenía que hacerlo! ¡No podía dejar que se fuera!
-Solo me falta un detalle, ahora se me ocurre solo uno. ¿Fue acaso lo que estaba preparando para la cena? ¿El cordero? –K. dijo esto muy tranquilamente, apoyándose en el respaldo de una silla, sabiéndose vencedor.
-¡Si! ¡Hubiera sido perfecto! ¡Hasta que usted tuvo que venir! ¿Pero quién demonios es? ¿Cómo lo supo?
-Algo no encajaba, algo no andaba bien. Alguien no rompe con sus costumbres así como así, si no fueron a comer afuera tenía que haber alguna razón de peso. Y ya la tenemos. Sargento, supongo que ya no nos necesita. Vamos Harker, si nos apuramos llegaremos a tiempo, hoy Johnny Carter dará su primer recital en nuestra ciudad.
La señora Maloney fue arrestada. El sargento no pudo salir de su estupefacción, por lo que hubo de renunciar tiempo después. Por nuestra parte, llegamos diez minutos antes de que empezara a tocar el saxo el famoso y virtuoso músico, cuando un hombre nos interpeló:
-¿Acaso alguno de ustedes es el detective K.? Mi nombre es Bruno, soy amigo de del saxofonista Carter, alguien ha robado su instrumento. ¡Tienen que ayudarnos!
-Sí, yo soy K.-dijo mi compañero, orgulloso de la letra que lo identificaba, Bien, cuéntenos qué pasó.
Pero esta es parte de otra historia.
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Berlín
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Re: El caso del cordero

Mensaje por Berlín »

No me he olvidado de ti, Greg, en cuanto pueda te leo. Es que ya sabes que andamos en tiempo de concurso. :hola:
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
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Re: El caso del cordero

Mensaje por Gregsamsa »

Berlín escribió:No me he olvidado de ti, Greg, en cuanto pueda te leo. Es que ya sabes que andamos en tiempo de concurso. :hola:
No te preocupes, amiga del otro lado del océano. No hay prisa.
Un saludito.
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lucia
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Re: El caso del cordero

Mensaje por lucia »

Es un poco acelerada la resolución. La señora apenas resiste antes de revelarlo todo.
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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Berlín
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Re: El caso del cordero

Mensaje por Berlín »

lucia escribió:Es un poco acelerada la resolución. La señora apenas resiste antes de revelarlo todo.
Pues tengo que darle la razón a Lucia. Y me da un poco de rabia porque la historia está muy pero que muy bien.
Puro relato detectivesco, de los que a mi me gustan. Pero dime una cosa, ¿podrías desarrollar un poco más la resolución o al menos explicarnos un poco más en que se basa para culparla a ella?

Un abrazo, amigo, y felicidades. El relato está muy bien. Debo confesar que tengo debilidad por las historias de detectives, no sé cuantas veces he leído el asesinato de la calle morgue de Poe, también soy admiradora de Holmes.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
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Re: El caso del cordero

Mensaje por Gregsamsa »

Berlín escribió:
lucia escribió:Es un poco acelerada la resolución. La señora apenas resiste antes de revelarlo todo.
Pues tengo que darle la razón a Lucia. Y me da un poco de rabia porque la historia está muy pero que muy bien.
Puro relato detectivesco, de los que a mi me gustan. Pero dime una cosa, ¿podrías desarrollar un poco más la resolución o al menos explicarnos un poco más en que se basa para culparla a ella?

Un abrazo, amigo, y felicidades. El relato está muy bien. Debo confesar que tengo debilidad por las historias de detectives, no sé cuantas veces he leído el asesinato de la calle morgue de Poe, también soy admiradora de Holmes.
Ahora que lo mencionan en algún momento creí también que aceleré el final, es que tenía días inconcluso, es como cuando algún personaje se muere...
Trataré de mejorarlo. Al menos cumplí porque era para una tarea de la carrera. A la profesora le pareció bien... Es mejor saber que hay cosas para mejorar.
Un saludo.
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Eleanis
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Re: El caso del cordero

Mensaje por Eleanis »

Me gustó tu relato, F., y no me parece precipitada la resolución. K. (que tú y yo sabemos que es inicial de apellido importante, je, je…), es un detective con una intuición muy desarrollada y se apoya en la lógica, además, para sospechar de la mujer cuando advierte que ésta se muestra contenta mientras que su esposo, a quien dice amar tanto, está afligido. La presiona y logra la confesión.
En síntesis, un buen relato.

Saludos.
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Gregsamsa
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Re: El caso del cordero

Mensaje por Gregsamsa »

Eleanis escribió:Me gustó tu relato, F., y no me parece precipitada la resolución. K. (que tú y yo sabemos que es inicial de apellido importante, je, je…), es un detective con una intuición muy desarrollada y se apoya en la lógica, además, para sospechar de la mujer cuando advierte que ésta se muestra contenta mientras que su esposo, a quien dice amar tanto, está afligido. La presiona y logra la confesión.
En síntesis, un buen relato.

Saludos.
¡Gracias Eleanis! Sí, ambas iniciales son importantes. Hay un escritor que nació en Praga que promete para mucho...
Bueno, ahora sí que no sé qué hacer. :noooo:
Dejaré pasar unos días, lo releeré y luego decidiré.
¡Gracias por comentar!
¡Abrazo!
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karen mendoza prada
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Re: El caso del cordero

Mensaje por karen mendoza prada »

:o a mi también me ha parecido la historia un tanto acelerada, pero no mucho. Igual debo decir que es una historia muy buena, con unos personajes bien formados y algo exentricos, sobre todo el detective k. Y me ha encantado la trama, la historia tiene mucha esencia :60:
:D Cuidate mucho querido, estamos en contacto, bye :hola:
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