Bien hecho, Brian

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Brian Bennington
Foroadicto
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Registrado: 29 Jun 2006 14:22

Bien hecho, Brian

Mensaje por Brian Bennington »

Nuevo fragmento de la historia que estoy escribiendo. En esta ocasión, aparece un nuevo personaje que no había aparecido antes. Es una investigadora del FBI que le pasa información a Brian. Ahí va:

Llevaba toda la tarde con la extraña sensación de que algo se me olvidaba. Y no conseguía asociarlo a nada. Charlé un rato con mis compañeros (con los pocos que quedaban) y llamé a Victoria sin ningún objetivo concreto. Sólo me aburría.
-McPherson.
-¿Victoria? –sí, gilipollas, es Victoria, ¿a quién coño te crees que has llamado? Vaya preguntas hago a veces-. Hola, te llamo para que me dijeras algo sobre el caso de la Viuda Negra...
Por su silencio, deducí que seguía picada conmigo.
-...como si tenéis algún testigo, o si habéis conseguido algo.
-Pues no, Brian. No tenemos ningún testigo. Y hemos conseguido algo, sí.
-Pues dime qué.
-Que nos quiten el caso.
-¿Qué?
-No tengo ganas de hablar, Brian.
Se hizo otro silencio algo más incómodo que el anterior.
-¿Qué te pasa, Victoria? ¿Qué te he hecho, joder? ¿Por qué estás tan fría conmigo?
Suspiró.
-Perdona, Brian. Llevo unos días muy jodidos y no me ha hecho gracia que me quitaran el caso.
Mentira. Lo sabía por el tono de su voz. Por la forma en la que había dicho al principio “McPherson”. Le pasaba algo, y pensaba descubrirlo.
-¿Sólo eso? Venga ya. Es por Bridgeman, ¿verdad? Sabes que es un gilipollas, Victoria, joder, no le hagas ni puto caso, lo único que le pasa es que es un...
-No es por Bridgeman – me cortó.
-¿Y entonces qué te pasa? Estás rarísima, Victoria. Cuando te decidas a volver a ser simpática conmigo, avísame.
Me dispuse a colgar, pero me detuvo algo parecido a un sollozo.
-¿Victoria?
Y estalló.
-La gente va diciendo cosas, ¿sabes? Aquí en el FBI mi puesto es bastante deseado, Brian. Es un puesto al que muchos en mi departamento están capacitados para acceder, y la verdad es que un aumento de sueldo y rango hace que mucha gente sea capaz de hacer cosas muy jodidas. Quieren que pierda los papeles, que no me concentre y que cometa un error, ¿sabes? Aquí muchos quieren mi puesto. Largan por ahí que no tengo suficiente madera de líder, que no sé conducir una investigación de envergadura. Este es mi primer caso grande, Brian. Creen que no estoy capacitada. Y encima me pillaron cuando fuimos a investigar la casa de la víctima. No tengo apoyos. El único que me apoyaba era Nebbie, y ahora está muerto, Brian, muerto. La única persona que me podía ayudar laboralmente está muerta. ¡Muerta! –su voz, en condiciones normales agradable y seductoramente grave alcanzaba unos registros agudos francamente sobrehumanos-. Y el nuevo director adjunto es un cerdo machista y el hecho de que tenga una talla noventa y cinco de pecho no me ayuda nada. ¿Te lo puedes creer? Tener las tetas grandes me va a quitar el puesto –y se rió con toda la amargura e ironía de la situación-. Y luego estás tú...
Eso sí que no me lo esperaba.
-¿Yo?
-Sí. Hace un par de semanas que estoy saliendo con un tío, Joseph. Es encantador, y le quiero mucho. Trabaja aquí, en el FBI, y los hijos de puta de mis compañeros sueltan historias en las tú y yo estamos liados. La verdad es que no me importaría que lo dijeran, pero desde que circula ese rumor Joseph está raro conmigo. Está... distante. Le he pedido salir y dice que está muy ocupado. He intentado hablar con él y siempre me rehuye. Y no sé qué hacer, Brian.
-¿Quieres que hable con él?
-¿Y te creería?
-Bueno, si no es así, siempre le podemos marcarle el pecho con pintura roja y matarlo después de habérnoslo cepillado.
Se rió de nuevo, pero esta vez sin amargura.
-Eres un perfecto idiota, Brian.
-Al menos soy perfecto en algo, lo que es un consuelo.
Volvió a reírse. Intuí que empezaba a secarse las lágrimas.
-Gracias por tu apoyo, de verdad.
-De nada. Pero no se te vuelva a ocurrir preocuparme de esta manera, ¿vale?
Casi podía sentir que sonreía.
-Dios, estoy horrible. Se me ha corrido todo el maquillaje.
-Pues habla con tu chico así. Seguro que del susto se paraliza y no rehuye.
Nueva risa.
-Eres un tío genial, Brian. Te voy a recomendar a una amiga. Porque no sales con nadie, ¿verdad?
Mierda.
-Victoria, ¿qué hora es?
-Las ocho y diez, ¿por?
Madre mía. Ya sabía qué se me olvidaba.
-Tengo que colgar, Victoria. Adiós.
Joder. Encima de ir tarde, iba sudado, y tendría que cruzar casi dieciséis manzanas repletas de tráfico para poder llegar a mi cita con Susan. Y he sido tan listo como para no pedirle su número. Y hoy es viernes, y la clínica en la que trabaja no abre mañana (la otra que tiene Kelly en Manhattan, sí, que ironía). Acababa de meter la pata de una manera impresionante. Y lo peor es que si no llega a ser por el derrumbe de Victoria me habría enterado cuando hubiera ido a comprar comida para Janine (que, por cierto también se me ha olvidado) y me hubiera cruzado la cara de un bofetón. Sí. Definitivamente he metido la pata hasta el fondo. Bien hecho, Brian.
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