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Soizik Stiwell trabaja en el Departamento de Historia de La Sorbona llevando a cabo diferentes investigaciones centradas en la mitología europea. Su sobrecogedora novela corta Cazador de striges, en la que recrea el mito del vampiro en la oscura España rural del siglo XIX, es la tercera entrega de esta colección, creada en exclusiva para los amantes del horror y las emociones fuertes.
El gran defecto de este relato es su estilo narrativo, pues con la pretensión de darle un aire gótico se queda en un intento fallido que hace que la lectura sea liada, pesada, imprecisa.
Los flashbacks, los saltos temporales y los sueños narrados aparecen y desaparecen si una buena introducción dentro del hilo narrativo y al final el lector ya no sabe donde está.
La historia nunca me ha enganchado, las expectativas de leer una historia de vampiros a lo Stoker se ha quedado en un relato muy flojo, repetitivo y poco desarrollado. A sido un martirio querer acabarlo.
El desenlace ha seguido la linia del libro y ni la he entendido del todo ni me satisfizo.
En definitiva, un pésimo relato donde en mi opinión el estilo del autor destroza una historia flojita.
Se lee en una tarde, me ha parecido muy entretenido y me gustó el estilo de narración sin mucha floritura (sin ser nada del otro mundo, bastante sencillito, la verdad). De vez en cuando apetece leer cosas menos profundas, sobretodo en esta época.
La forma de describir y demás no me ha parecido liosa, al contrario, no creo que el lector se pierda con los flashbacks (al menos a mí no me ha pasado).
Eso sí, no es tampoco un libro imprescindible, que de un miedo tremendo y demás, pero lo dicho, a mí me ha gustado =)