El espíritu moderno - Katherine Mansfield

[Sue_Storm]

EL ESPÍRITU MODERNO
Katherine Mansfield

En este relato, la autora nos traslada a una ciudad-balneario que bien podría ser la que aparece en la fotografía: Karlovy Vary (o Karlsbad) en Chequia.

Comentarios del miniclub a partir del viernes 9 de marzo, en este hilo

[jilguero]

Veo que todavía nadie ha hecho comentario, lo cual no me favorece mucho. Resulta que he hecho una primera lectura, en la cual no le he logrdo coger bien el punto jocoso/ironíco, que he creido entrever. Mañana lo releeré a ver si soy capaz de sacarle su esencia

[Sue_Storm]

Sí, está claro el tono humorístico, aunque yo tampoco termino de verle la gracia. Quizá trate de satirizar la figura de la señorita de escasos posibles a la caza de marido por los balnearios de moda, que seguramente debía ser algo bastante típico de la época.

[fahrenheit]

Me ha parecido muy socarrón y satírico como comentáis. La verdad es que me he divertido leyéndolo, en especial cuando hablan delante de la narradora, la inglesa, de lo fríos que son los ingleses, y luego se va descubriendo el desmesurado amaneramiento de los personajes alemanes y su real superficialidad. Supongo que debe de ser más bien una sátira, como dice Sue, de la moda de ir a retiros europeos a buscar marido.

Me ha llamado la atención el abismo que hay entre el pragmatismo de la narradora inglesa frente a la sobreactuación de la actriz alemana y la afectación del profesor. De todas formas, me ha parecido demasiado maniqueo el cuento haciendo tan descaradamente esa distinción. Algo que a Dickens, por ejemplo, le sale tan bien, en este cuento me ha parecido... algo simplista.

Pues eso, que me he divertido, nada más.

[KatiaconK]

Me ha gustado y sigue la tónica del otro cuento, parece que no pasa nada durante buena parte del libro y al final le da el giro que va buscando.
Cuando Sonia se desmaya, esa escena perfectamente desarrolada para conseguir que su "caballero" venga a salvarla Me ha hecho gracia, sobre todo porque nuestra narradora no le ha hecho caso y la ha dejado tirada en el suelo . Hay que ver como un simple comentario puede adelantar o cambiar los planes de las personas en este caso los de Sonia. Yo creo que no le había echado el ojo pero al comentar que sería perfecto para la madre le doy un ataque de rabia pensar que podían preferir a su madre antes que a ella.

[primopons]

Creo que Katia pone el dedo en la llaga. La única "gracia" de este cuento, más allá de retratar el ambientillo de los balnearios de época y de poner de relieve los piques entre centroeuropeos e ingleses, radica en la intencionalidad del desmayo de Sonia provocando que "su caballero" (como dice Katia) acuda en su auxilio. Y por el último párrafo del cuento, comprendemos que el ardid de Sonia ha dado resultado, su desmayo posibilitó un acercamiento (aflojamiento de corsé incluido ) entre los dos tortolitos que de otro modo habría sido complicado dada la rigidez de formas imperante.

Pero hay un matiz que yo interpreto de forma distinta a Katia. No me da la sensación de que el desmayo de Sonia sea un "adelanto de planes" ante la posibilidad de que alguien pretenda emparejar al Herr Professor con otra mujer (su madre en este caso). Pienso más bien que Sonia ya le tenía echado el ojo al músico y lo que le faltaba era la oportunidad de un acercamiento, y por eso propone el paseo a la narradora con toda intención, habiendo planificado el desmayo. De hecho es Sonia quien saca el tema del matrimonio en la conversación... Y la narradora se queda al final pensativa, al saber que los dos tórtolos se han ido de excursión, diciéndose... "¿será posible de qué forma me ha utilizado esta mosquita muerta?"

El relato me parece sosito. De momento la Mansfield no me atrae demasiado.

[jilguero]

Segunda lectura y sigo sin verle su aquel al relato. El de la pasada semana me resultó bastante más sugerente y acorde con la idea que tenía de la autora.
Con todo, me pregunto si el Profesor no habría tenido ya alguna experiencia previa picantona con Sonia, pues no me explico, si no, que de una mujer tan ñoña pensara que era un espiritu moderno y una tigresa con una flor en el cabello. Incluso me pregunto si ese imperdible mal puesto no sería aposta, para que la falda se le abriera....
Me da la sensación de que, en lugar de un relato de ficción, esto es una experiencia vivida por la autora que decidió contarla, sin más.
En fin, esta semana Jilguero no tiene mucho que aportar

[primopons]

Me da la sensación de que, en lugar de un relato de ficción, esto es una experiencia vivida por la autora que decidió contarla, sin más.

Jilguero, estás muy bien encaminado. Fíjate lo que dice la sinopsis del libro de relatos al que pertenece El espíritu moderno:

EN UN BALNEARIO ALEMAN

En mayo de 1909 Katherine Mansfield se casó con un profesor de canto al que abandonó la misma noche de bodas para fugarse con un violinista. Un mes después rompieron su relación y ella descubrió que estaba embarazada. Su madre la llevó entonces al balneario de Bad Wörishofen en Bavaria. Estas son las circunstancias que inspiraron el que fue su primer libro de relatos, En un balneario alemán, que se publicaría en 1911 con gran éxito. El contraste cultural entre Inglaterra y Alemania, los juegos de poder entre hombres y mujeres y el peso de las normas sociales son los temas principales de estas narraciones, fruto de una observación cáustica y doliente. La huella de Chéjov está muy presente en ellas, especialmente en La niña que estaba cansada, una magnífica historia de violencia doméstica.

[1452]

Creo que Katia pone el dedo en la llaga. La única "gracia" de este cuento, más allá de retratar el ambientillo de los balnearios de época y de poner de relieve los piques entre centroeuropeos e ingleses, radica en la intencionalidad del desmayo de Sonia provocando que "su caballero" (como dice Katia) acuda en su auxilio. Y por el último párrafo del cuento, comprendemos que el ardid de Sonia ha dado resultado, su desmayo posibilitó un acercamiento (aflojamiento de corsé incluido ) entre los dos tortolitos que de otro modo habría sido complicado dada la rigidez de formas imperante.

Pero hay un matiz que yo interpreto de forma distinta a Katia. No me da la sensación de que el desmayo de Sonia sea un "adelanto de planes" ante la posibilidad de que alguien pretenda emparejar al Herr Professor con otra mujer (su madre en este caso). Pienso más bien que Sonia ya le tenía echado el ojo al músico y lo que le faltaba era la oportunidad de un acercamiento, y por eso propone el paseo a la narradora con toda intención, habiendo planificado el desmayo. De hecho es Sonia quien saca el tema del matrimonio en la conversación... Y la narradora se queda al final pensativa, al saber que los dos tórtolos se han ido de excursión, diciéndose... "¿será posible de qué forma me ha utilizado esta mosquita muerta?"

El relato me parece sosito. De momento la Mansfield no me atrae demasiado.

Primopons, después de leerte en varios hilos, tengo que decirte que haces unos comentarios estupendos de tus lecturas, es un placer leerte.

[jilguero]

Me da la sensación de que, en lugar de un relato de ficción, esto es una experiencia vivida por la autora que decidió contarla, sin más.

Jilguero, estás muy bien encaminado. Fíjate lo que dice la sinopsis del libro de relatos al que pertenece El espíritu moderno:

EN UN BALNEARIO ALEMAN

En mayo de 1909 Katherine Mansfield se casó con un profesor de canto al que abandonó la misma noche de bodas para fugarse con un violinista. Un mes después rompieron su relación y ella descubrió que estaba embarazada. Su madre la llevó entonces al balneario de Bad Wörishofen en Bavaria. Estas son las circunstancias que inspiraron el que fue su primer libro de relatos, En un balneario alemán, que se publicaría en 1911 con gran éxito. El contraste cultural entre Inglaterra y Alemania, los juegos de poder entre hombres y mujeres y el peso de las normas sociales son los temas principales de estas narraciones, fruto de una observación cáustica y doliente. La huella de Chéjov está muy presente en ellas, especialmente en La niña que estaba cansada, una magnífica historia de violencia doméstica.

¡Uff!, me alegra saber que no estaba desencaminado. Le veo tan poco argumento y tan poco mensaje que me parecía más un narrar lo vivido.
No sabía que K. Mansfield fuese "un espíritu tan moderno"...

[jilguero]

Creo que Katia pone el dedo en la llaga. La única "gracia" de este cuento, más allá de retratar el ambientillo de los balnearios de época y de poner de relieve los piques entre centroeuropeos e ingleses, radica en la intencionalidad del desmayo de Sonia provocando que "su caballero" (como dice Katia) acuda en su auxilio. Y por el último párrafo del cuento, comprendemos que el ardid de Sonia ha dado resultado, su desmayo posibilitó un acercamiento (aflojamiento de corsé incluido ) entre los dos tortolitos que de otro modo habría sido complicado dada la rigidez de formas imperante.

Pero hay un matiz que yo interpreto de forma distinta a Katia. No me da la sensación de que el desmayo de Sonia sea un "adelanto de planes" ante la posibilidad de que alguien pretenda emparejar al Herr Professor con otra mujer (su madre en este caso). Pienso más bien que Sonia ya le tenía echado el ojo al músico y lo que le faltaba era la oportunidad de un acercamiento, y por eso propone el paseo a la narradora con toda intención, habiendo planificado el desmayo. De hecho es Sonia quien saca el tema del matrimonio en la conversación... Y la narradora se queda al final pensativa, al saber que los dos tórtolos se han ido de excursión, diciéndose... "¿será posible de qué forma me ha utilizado esta mosquita muerta?"

El relato me parece sosito. De momento la Mansfield no me atrae demasiado.

Primopons, después de leerte en varios hilos, tengo que decirte que haces unos comentarios estupendos de tus lecturas, es un placer leerte.

Te doy la razón 1452, Primopons suele hacer comentarios muy concienzudos, que Jilguero sigue con atención . Eso sí, en este miniclub hay otras contribucions notables, cuando la lectura lo permite, claro está.

[primopons]

Mil, eres muy amable. Yo también te leo siempre que te hallo.

Jilguero, me tienes admirado (entre otras cosas) por tu fidelidad miniclubera. Sospecho que estás tan loco como yo. ¡¡Ni una sola falta de asistencia!!

[jilguero]

Mil, eres muy amable. Yo también te leo siempre que te hallo.

Jilguero, me tienes admirado (entre otras cosas) por tu fidelidad miniclubera. Sospecho que estás tan loco como yo. ¡¡Ni una sola falta de asistencia!!

Bueno, Primo, este tipo de locuras se adquiere sin darse uno cuenta...
Y sí, tengo una fidelidad casi enfermiza , de ahí que visite tan pocas ramas del miniclub, pues, si lo hiciera, este acabaría convirtiéndose en mi jaula y los jilgueros son pájaros que gustan de la libertad.

[Arden]

En este caso no puedo estar más en desacuerdo, especialmente con mi querido primopons, yo no lo encuentro nada soso, lo encuentro tremendamente divertido, además casi en cada frase, lo he leído con una sonrisa constante en la boca, porque no es solo lo que ocurre en el relato es, además, cómo está contado, e independientemente del pique entre ingleses y alemanes.

Primero se nos presena a Herr Profesor, un tío pesado y cansino que toca el trombón en el bosque, probablemente es inaguantable para persona alguna, obsérvese el instrumento que la autora ha escogido, no es un violín o una flauta, después su comportamiento con la inglesa, probablemente el alter ego de al autora, el escupir las cerezas que dice que tienen gusanos, alardeando de que suele escupir allí otras frutas cada vez que va. Ella pretende huir pero no la deja y llegan las dos "damas" alemanas, con un gran contraste entre ellas madre e hija, que prácticamente se dedican a insultar a la protagonista. Entran a cenar y las alusiones al camarero me han encantado, les ríe las gracias porque está de servicio, y después cuando la "magnífica" actuación está en marcha el hombre está aburridísimo y ya no tiene que fingir, entonces es cuando pasa de la actuación limpiándose las uñas con el programa. Las actuaciones son ridículas una detrás de otra, el señor que se suena el pañuelo y lo echa en el piano, las declamaciones y canciones, incluso improvisadas, cómo está descrito todo ello con sorna por al autora, y para acabarlo de arreglar el paseo de inspiración sáfica y acompañada del espíritu moderno del ferrocarril, y el ridículo desmayo, ah pues me desmayo eh? oiga que no se puede desmayar aquí que no hay nadie más, pues mire que sí que me desmayo aquí, ah pues venga desmáyese pero no tarde en recobrarse eh? hala, y se desmaya, no creo que lo haga para que ella busque al profesor como salvador, es simplemente así de ridícula.

la escena final es ridícula del todo, incluso diría que surrealista ¡¡él se lleva una cantimplora!!

Fräulein Sonia se ha desmayado —dije enfadada. —Du lieber Gott! ¿Dónde está? ¿Cómo ha sido? —Delante de la peluquería, en la calle de la estación. —¡Jesús y María! ¿No lleva agua consigo? —Agarró su cantimplora—. ¿Nadie está con ella? —Nadie. —¿Dónde está mi abrigo? No importa, cogeré una congestión. Voluntariamente cogeré una... ¿Está usted dispuesta a venir conmigo? —No —dije—. Puede llevarse al camarero. —Pero tiene que haber una mujer. No puedo permitirme la grosería de aflojarle el corsé. —Los espíritus modernos no deberían llevarlo —dije.

Para mí es una ridiculización de la fauna que la autora se encontró en el balneario cuando lo visitó, y lo he encontrado muy divertido, y totalmente diferente tanto en el fondo como en la forma al de la semana pasada.

[primopons]

Arden,
ya nos ha pasado esto otras veces. Cuando la principal virtud del relato es que es "divertido", a mí no se me da bien... ¿Te acuerdas de Mark Twain?

De todos modos, tu comentario me ha ayudado a "mirar con mejores ojos" este cuento. Lo mismo en una relectura me gusta un poquito más.