Me lo terminé hará como un mes pero no había pasado a comentar por líos diversos.
Tendría que haberme pasado a comentar antes, porque aunque el libro me pareció entretenido no ha dejado casi huella en mi memoria.
Solo subrayé un par de párrafos que me llamaron la atención:
—No me tomé demasiado en serio aquella historia. O así lo creía yo. Lo cierto es que cada vez que salía a la calle miraba en todas direcciones por si la veía de nuevo. Por fin los vi, una tarde, iba como siempre con el niño, como un apéndice que daba saltitos al lado de su madre para secundar su marcha. Fue un encuentro casual que terminó en el parque, el niño en el tobogán y nosotros en un banco.
Me resulta curiosa esa forma de describir esa forma en la que esperas encontrarte con alguien aunque sepas que es improbable (o directamente imposible
). Carvalho, después de esa frase de ¿anhelo? mete una descripción fría en plan que todo le da igual.
—No. Son para mi marido. Cuida la línea y cada mañana quiere un zumo de pomelo.
—El pomelo es imprescindible para las ensaladas de frutas.
Cerró la boca como para contener la saliva excitada por la oferta gastronómica y corroboró con la cabeza la sugerencia de Carvalho.
—Precisamente hace poco estuve en un país tropical y le sacan un partido extraordinario a frutas que aquí apenas usamos; el pomelo rosa, por ejemplo, con langostinos, muy rico.
—No me diga que a usted le gusta la cocina.
—Me gustan las cosas sencillas.
Carvalho estuvo a punto de tomar partido por la sinceridad, pero en vez de hacerlo cabeceó dispuesto a dejarse matar en defensa de las «cosas sencillas».
—No hay nada como un par de huevos duros.
Era excesivo. Carvalho encajó el comentario como hubiera encajado un puñetazo en el estómago. Interpretó ella la gravedad del rostro del hombre como un pasillo para que avanzara y se lanzó a una locuaz disertación sobre sus sencillas habilidades culinarias: la bechamel le salía muy bien.
Qué bueno Carvalho haciendo el esfuerzo de contenerse ante la gente de «comer sencillo».
Carmen Neke escribió:se puede ser un magnífico escritor y hacer gala al mismo tiempo de un espíritu misógino, homófobo y cerril.
¿De verdad crees que es misógino y homófobo?
A mí no me lo parece, primero porque no tengo muy claro que las ideas del personaje sean las del autor. Por ejemplo, en política Vázquez Montalban era activo mientras que Carvalho es un escéptico resabiado con la política.
También creo que muchos de sus personajes son caricaturas, pero lo mismo pasa cuando usa tópicos regionales: no me los tomo como algo representativo sino como una caricatura.
Al margen de si hay misoginia en las caricaturas que hace Vázquez Montalbán de algunos personajes femeninos, ¿crees que Carvalho es misógino? Yo es que no lo tengo claro, porque las trata mal-bien como a todos los demás, y siempre deja más o menos claro cuales son sus normas.
Lo de la homofobia, me suena que Carvalho dice en algún momento que él a quienes no soporta es a «las locazas», o un término similar que ahora no recuerdo. Por lo que yo entendí, lo de Carvalho no es homofobia, sino rechazo a un grupo concreto de homosexuales ¿histriónicos? Los homosexuales que aparecen también son un poco caricaturescos, pero lo mismo que otros grupos.