Pues coincido con Sergio, está muy bien escrito o traducido, como no conozco el original no sé de quién es el mérito exactamente.
Vi la versión teatral en Madrid, adaptada por Agustí Villaronga e interpretada como monólogo por la inmensa Blanca Portillo, estremecedora.
En esta obra vemos a una María de Nazaret muy humana y muy distinta a la versión religiosa. Es más una madre doliente por la muerte de su hijo, a quien no entiende en su papel de Hijo de Dios, es hijo suyo y de su padre. Ella asiste atónita a milagros como los de las bodas de Caná, y ve a Lázaro, como una especie de muerto en vida, pero aún así ella no entiende el plan de los seguidores de su hijo, que la odian por ello, de entender que era el Hijo de Dios y que tenía que morir para salvar al mundo. No entiende la falsificación de sus recuerdos, y sí que la historia real es que no lo vio morir porque huyó de miedo a que la apresaran y torturaran.
Y ese final espectacular en su sencillez
como en el final de una tragedia griega susurrando como una suplicante a la diosa Artemisa morir y fundirse con la tierra pero también poder volver atrás en el tiempo y evitar que las cosas pasaran de la forma en que ocurrieron |
En fin una interpretación del personaje de María de Nazaret muy interesante.
Lo curioso es que posiblemente esta obra no se habría podido representar pongamos en los años 80, los fundamentalistas cristianos habrían armado un buen escándalo, como ocurrió con La última tentación de Cristo de Scorsese o con Je vous salue de Jean Luc Godard o el Teledeum de Els Joglars, con amenazas de bombas en el cine por la blasfemia. Sin embargo a día de hoy se representa con toda normalidad, es más el teatro estaba lleno de señoras y señores con aspecto de burguesía madrileña de toda la vida que salían encantados en vez de escandalizados, y sin manifestantes rasgándose las vestiduras y sin escándalo alguno. Vivir para ver.