El ángel que quería conocer el mundo. Cap. 1 (novela)

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soldadodehojalata
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Registrado: 02 Feb 2014 13:45

El ángel que quería conocer el mundo. Cap. 1 (novela)

Mensaje por soldadodehojalata »

Hola, soy nuevo en este foro y este es mi primer post.
Actualmente estoy escribiendo una novela y me gustaría saber que os parece lo que llevo de momento que sería el prólogo y el capitulo 1.
Mi novela se llama: "El ángel que quería conocer el mundo".
Aquí os dejo lo que llevo escrito
El soldado de hojalata tenía un sueño.
El sueño de una lluvia y una guerra que no tenía fin.

El ángel que quería conocer el mundo


Prólogo
El olor a pólvora explotó en el aire, dándole en la cara.
Frías gotas de lluvia corrían por su mejilla.
El sonido distante de las bombas aumentaba, superponiéndose al seco ruido de una ametralladora.
Todo lo que había en la calle estaba teñido de gris, reflejándose en sus ojos.
Hubo un rugido atronador de los disparos de un antiaéreo, luego un intervalo de silencio.
La explosión de un avión de guerra resonó mientras volaba deslizándose por el suelo.
Un enemigo se asomó cerca de un cadáver oculto en una zanja.
Los instintos del hombre le informaron de que había un enemigo cerca.
Hubo una explosión atronadora. En ese momento, su compañero que estaba a la derecha se cayó al suelo cuando explotó su cabeza.
La lluvia caía con fuerza mientras las balas de metal golpeaban al mismo tiempo a sus objetivos.
Los fragmentos de cráneo y masa encefálica salpicaron la mejilla del hombre con un sonido húmedo.
El hombre se limpio inexpresivamente, como una máquina, mirando hacia delante y disparando al enemigo que había en frente suya.
Cambió el cargador de su rifle y apretó el gatillo, hasta que el cañón se calentó.
No hacía nada más que esas acciones, una y otra vez, como una máquina.
Una grieta en los escombros se movió mientras la sombra de un soldado enemigo lo encaró.
En ese momento lo sintió.
El otro soldado todavía era joven.
Su cuerpo era pequeño, tal vez era un niño soldado.
Simultáneamente tomaron una gran respiración y apretaron sus gatillos.
El campo de visión gris se volvió de un profundo rojo carmesí.
El joven soldado recibió un disparo en la cabeza, se convulsionó y cayó al suelo.
Sangre y trozos de cráneo salpicaron de su cabeza dejando una visión no muy agradable.
Varios minutos pasaron, y el número de cadáveres aumentaba.
Inexpresivamente, el hombre confirmó la situación.
Y de nuevo soltó un gran suspiro.
Y continuó… apretando el gatillo.

Capítulo 1 Azul como el cielo
El sonido de una paloma aleteando le despertó.
Perezosamente miró al cielo.
Varias plumas grises, todas del mismo tono, cayeron del cielo.
Giraban débilmente, y al final, aterrizaron en el suelo de piedra.
Al mismo tiempo, una fría gota de lluvia le golpeó en la mejilla.
Sacudiendo su cabeza recién despertada, el hombre suspiró profundamente.
Como de costumbre, la plaza del pueblo estaba desierta.
En un banco cercano, una anciana alimentaba a las palomas.
Al mismo tiempo. Una sombra se extendió por su cara y se quedó en silencio.
La anciana tenía la cara llena de arrugas. Las palomas arrullaban mientras iban a por los trozos de pan.
De nuevo, el hombre se sacudió la cabeza y cerró sus ojos, pensando en el sueño que acababa de tener.
Tuvo un sueño. Un sueño donde había lluvia y muerte.
Después de un rato, el hombre cerró sus inexpresivos ojos.
Al final, se levantó, empezando a caminar por alguna parte.
Como era de esperar, desplegó su paraguas para protegerse de la molesta lluvia.
La lluvia continuaba cayendo y no mostrabas señales de detenerse.
Una tregua había sido acordada hace diez días.
Desde entonces, los soldados disfrutaban de la paz.
El hombre, que no tenía familia, caminó a lo largo de la calle rural, dirigiéndose a una posada.
Durante la anterior guerra, perdió un dedo de su mano izquierda por una ametralladora de un avión enemigo.
Sin embargo, desde que los combates habían empezado de nuevo, él volvió a primera línea, a pesar de lo que la gente decía.
El pequeño pueblo parecía estar silenciosamente dormido.
Ya que la mayoría de los residentes se habían ido a causa de la guerra, los soldados eran prácticamente los únicos que vivían en la zona.
El pueblo estaba en silencio, como si estuviera en ruinas, y el tiempo fluyera a través de esta tranquilidad.
La lluvia… caía en la guerra todos los días, sin ningún cambio.
El hombre continuó, sin dejar de caminar, sobre el camino de piedra del pueblo.
La posada lo protegería de la lluvia.
Bajo el mimo techo, sus compañeros bebían alcohol, causando un gran alboroto durante todo el día. Ellos alegremente levantaron sus botellas, mostrando cicatrices de atroces heridas.
El hombre miró de cerca, tocando el lugar donde debía estar su dedo pulgar.
Ellos volvieron a beber y beber, causando un gran revuelo en este lugar sin vida.
El hombre no se unió al grupo, en su lugar, los ignoró completamente.
Con el paso del tiempo, sus compañeros se burlaban de él porque no bebía, por lo que chasqueó la lengua con irritación.
Pero la posadera a veces les decía algo para que parasen por un momento.
Todos estaban molestos, y por lo tanto, muchos de ellos abandonaron el pueblo.
La lluvia retumbaba en la tranquila calle.
El hombre trató de pensar en una manera de pasar el tiempo, además de caminar sin parar.
Si se dormía, soñaría con el campo de batalla. Él quería evitar eso a toda costa.
Hubo efectos del largo período de lluvia en las ruinas del pueblo deshabitado.
Sin embargo, inesperadamente parecía que los pasos de alguien más se superponían a los del hombre.
El hombre intencionalmente dejó de caminar, intentando comprobar si había oído mal.
Oyó el pequeño ruido de unos pasos.
Dándose cuenta de que eran los pasos de alguien más, el hombre giró lentamente su cabeza.
Una niña pequeña caminaba por el húmedo camino.
Tenía el pelo largo y de un blanco que parecía brillar. Al parecer era albina.
Quienquiera que fuera, su angustiado rostro miraba hacia arriba mientras caminaba.
La lluvia caía de las nubes de más allá, y parecía que eso era lo que estaba mirando.
…Ella estaba mirando… al cielo.
En el momento en que el hombre pensó eso, la chica se cayó al suelo.
Sin querer, el hombre se quedó mirando asombrado.
La chica estaba agachada en la carretera como si estuviera aguantando un dolor insoportable.
Por otro lado, como si rejuveneciera de nuevo. El hombre sintió una fuerte sensación de voluntad al mirar su espalda.
Finalmente, la chica se levantó de nuevo, como si hubiera recibido un disparo.
De la misma forma, ella empezó a caminar de nuevo.
Empezó a caminar, mientras miraba al cielo… y de repente se volvió a caer.
Su pequeño cuerpo golpeó al camino de piedra. Lentamente, su blanco pelo revoloteaba suavemente.
Él observo la escena, pensando si la chica tenía una lesión en la pierna.
A este pueblo regresan muchos soldados de las filas delanteras, y no era raro que le pasara algo a sus cuerpos.
Pero el campo de batalla no tenía nada que ver con esta chica.
De nuevo, la chica volvió a caminar, e inmediatamente se cayó al suelo.
Rápidamente, el hombre extendió su mano hasta la mitad.
El agua rebotó ligeramente fuera del camino, y el sonido se hizo eco.
Notando sus pasos, la chica inesperadamente levantó su cabeza.
Ojos azules… Unos ojos agradables.
Él accidentalmente detuvo su respiración.
Sus claros ojos eran del mismo color que el cielo cuando estaba sin nubes.
Pero eso no le sorprendió.
— ¿Quién… eres?
Ella dijo.
Su voz tembló. Una voz temblando con lágrimas.
Muchas lágrimas salían de los ojos de la chica mientras preguntaba.
— ¿Estás bien?
— ¿Qué…?
—Te caíste.
—Ah, sí. Estoy bien. Lo siento.
Mientras ella hablaba, la confundida chica se levantó.
Su pequeña mano agarró la tela húmeda de su manga, bajando la cabeza mientras se puso en frente del hombre.
Juzgando por las apariencias, no se había hecho daño. Tal vez sólo se lastimó un poco.
—Si estás llorando, dudo que estés muy bien.
—Um… no, estoy bien. Es sólo… que…
La voz de la chica era ahora muy débil.
Se limpió las lágrimas, tratando de sonreír de alguna manera.
Ella fallaba una y otra vez, intentando forzosamente reírse, aunque con tristeza.
—Eso… no es.
La chica sonrió con lágrimas en los ojos, y el hombre la miró inexpresivamente.
Cambiando el tema, él preguntó de nuevo.
— ¿Dónde vives pequeña?
— ¿Qué…?
— ¿Dónde vives? Te vas a resfriar si te quedas así.
—Yo…
De repente, ella bajó la mirada.
Mordiendo sus labios, ella parecía meditar algo constantemente mientras miraba de un lado a otro.
Las lágrimas se acumularon en sus ojos de un azul como el cielo.
Empezaron a caer, lentamente por sus mejillas.
—…Lo siento mucho.
Ella murmuró mientras caían.
*Shaa*,*shaa*, el incesante sonido de la lluvia continuaba.
Con eso, la chica cerró su boca.
Tal vez era huérfana de la guerra, pensó el hombre.
Aunque, la chica no parecía estar triste por eso, es como si fuera de otro mundo.
Él no sabía su historia, pero no vio necesario que se la contará.
En ese sentido, la chica miro a sus pies y se dio la vuelta, a su vez el hombre comenzó a alejarse.
Después de que él caminara un poco, de repente se detuvo y miro hacia atrás suya.
Detrás de él, la chica estaba de pie inmóvil.
La chica que esperaba, y el hombre que se había marchado… ambos dejaron de caminar.
Sus ojos azules parecía estar mirando algo lejano, y el hombre la observó.
Suspiró y dio la vuelta. Habló con la chica que estaba de pie inmóvil.
— ¿…Tienes hambre?
— ¿…Tener… hambre?
—Si tienes hambre, ven conmigo.
Con esas palabras, él comenzó a caminar.
Detrás de él, en el espacio que acababa de dejar, escuchó pasos apresurados.
Y después sus pequeños zapatos, chapoteando en los charcos mientras corría.
Ella caminaba junto a él, a un ritmo apresurado.
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lucia
Cruela de vil
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Re: Podeis criticar lo que llevo de mi novela

Mensaje por lucia »

La vivencia de guerra suena falsa. Las dos muertes que describes son por tiros en la cabeza ¡vaya casualidad! y los aviones son aviones en vez de cazas o bombarderos.

Y los párrafos son demasiado cortos para facilitar la lectura. La mayoría son mono-frase.
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

Imagen Mis diseños
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