Vuelta a... ¿casa? (relato)

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Jonayla
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Vuelta a... ¿casa? (relato)

Mensaje por Jonayla »

Antes de poner lo que es el relato en sí, un par de aclaraciones: es un relato que escribí hace unos dos años para algo del instituto, pero está basado en una historia real de una amiga mía, y no sé si rehacerlo un poco y seguir la historia o no... pero bueno, lo que quiero saber principalmente es qué os parece el estilo, más que el argumento en sí, que no va muy allá.


Es el día más caluroso de lo que va de año. Estoy en un parque sacándome fotos con mi mejor amiga, es su cumpleaños. De repente, empieza a llover y, a lo lejos, suena un trueno. Me despierto sobresaltada. Todo era un sueño. Ya van cuatro meses que sueño cada noche con mis amigas, con mi casa, con todo lo que dejé atrás cuando vine a vivir a Argentina.

En realidad, yo soy de aquí, pero me fui a España siendo muy pequeña, con apenas cinco años. Mi madre me contó muchas veces que yo no quería irme, quizá para convencerme cuando decidieron que era hora de volver. Mis padres creyeron que así era mejor, ellos querían estar cerca de nuestra familia, así que hicieron lo posible porque yo aceptase volver. Como si tuviese otra opción, ¡tengo 15 años! Ahora, todos están muy contentos aquí: mis padres están con la familia y con los amigos que tenían antes de irnos a España; mi hermana, que acaba de cumplir 7 años, encantada con sus nuevos amigos; y mis abuelos cada día me recuerdan lo contentos que están de tenernos aquí de nuevo. Yo también me alegro de poder verlos cada semana, y tengo que reconocer que me gusta este sitio, incluso que he hecho varios amigos, pero no es lo mismo. Necesito a mis amigas, las que dejé en Asturias, las que aparecen en cada recuerdo que tengo de esos años. Les prometí que iría a verlas lo primero que pudiese, y pienso cumplirlo como sea. Sólo espero que, al cumplir los 18 años, mis padres me dejen viajar sola hasta España, porque si no tendría que esperar hasta los 21. ¡Cómo detesto las leyes de aquí! Pero seguro que mis padres me acaban dejando y puedo ir a verlas. Y así, con este pensamiento, me vuelvo a dormir.

Suena el despertador y me estiro, medio dormida, para apagarlo. ¿El despertador? ¡Pero si es domingo! ¡Ah, sí, tengo que ir a comer a casa de mis abuelos! No acabo de acostumbrarme. Entonces, miro el móvil y me fijo en la fecha: es 29 de mayo, el cumpleaños de mi mejor amiga. Allí son las cinco de la tarde, supongo que estará celebrándolo, así que la llamaré un poco más tarde. Me gustaría levantarme, coger su regalo e ir hasta su casa dando un paseo, como tantos años he hecho. Dárselo y celebrar el cumpleaños con todas las demás. Este año hará prácticamente lo mismo, la diferencia es que yo estaré aquí, en Argentina, a miles de kilómetros de todas ellas. Entonces, empiezo a recordar todo lo que viví desde que llegué a España.

Fue a finales de Agosto, así que no tuve mucho tiempo de disfrutar del verano. Al poco tiempo, empezaron las clases. Me tocaba empezar primero de primaria y, por si eso fuera ya poco cambio para mí, no conocía a nadie. Recuerdo haberme pasado el día anterior al comienzo del curso llorando. Sin embargo, el primer día de clase fue mejor de lo que esperaba: llegué muy asustada, pero pronto el profesor me presentó a mis compañeros y nos explicó que nos iba a colocar ordenándonos por nuestros apellidos, por orden alfabético, aunque por entonces yo no sabía qué era eso de “alfabético”. Yo me apellido Gómez, así que me tocó sentarme con una niña que se apellidaba García, me dijo que se llamaba Sandra. La siguiente conversación que recuerdo bien con ella fue una en la que nos prometimos ser mejores amigas por siempre.

Fue pasando el tiempo y cada vez me gustaba más aquel sitio, los amigos que había hecho allí, todo en general; y, a la vez que me iba gustando más esa vida, me iba olvidando un poco de Argentina. Nunca me planteé tener que volver, hasta que un día mis padres me dijeron que estaban pensándoselo. Les pregunté el porqué, y me dijeron que allí ya no tenían nada más que hacer, que a lo que habíamos ido hacía diez años era únicamente a conseguir dinero para poder vivir bien en Buenos Aires. Cuando de pequeña les pregunté por qué teníamos que ir, lo que me dijeron fue que España les gustaba mucho y que querían que yo creciese allí y, aunque en el fondo sabía el verdadero motivo, nunca quise reconocerlo, ni siquiera a mí misma: prefería seguir pensando que viviría siempre en España, que si volvía a Argentina sería sólo de visita.

Pocos días después, me llamó mi abuela: había hablado con mis padres de la posibilidad de que volviésemos, y estaba encantada con la idea. Me dijo que yo debería estarlo también, que iba a volver a mi casa y que iba a tener una vida estupenda aquí, con mi familia y con los amigos que tenía de pequeña. Cuando le dije que me gustaba mi vida en España y que no me apetecía volver, se enfadó bastante y me dijo que tenía que encantarme Argentina, porque nací aquí y mi vida estaba aquí. Pero… ¿qué puede saber mi abuela de dónde está mi vida? Es cierto que mi familia y mis raíces están aquí, pero mis amigos son los que dejé en España, y no esos que mi abuela dice que tenía de pequeña, de los que recuerdo poco más que el nombre. Todos mis planes y esa vida de película que pretendía tener en unos años, con la que tantas veces había soñado despierta, era en España.

Finalmente, un día de Noviembre mis padres me dieron la noticia: ya era oficial, volvíamos a Argentina en pocos meses, a principios de Febrero del próximo año, con tiempo para adaptarme a esto y comenzar el curso nuevo, ya que aquí las clases empiezan en Marzo. Nada más oírlo, me fui a mi habitación, muy enfadada con mis padres y a punto de echarme a llorar. Cogí el móvil y llamé a Sandra: a pesar de que habían pasado diez años, habíamos mantenido aquella promesa. Le conté todo. Ella intentó consolarme, pero no sirvió da nada, ya no había forma de que me quedase en España.

El 2 de febrero me despedí de todas mis amigas: al día siguiente, me iba para no volver en mucho tiempo. Lo último que les dije fue que no las olvidaría y que prometía volver a verlas en cuanto pudiese.

Y cuatro meses después, aquí estoy, en Argentina, deseando que pase rápido el tiempo y poder hacer lo que quiera. Puede que mis raíces estén aquí, pero mi vida se quedó en España.
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lucia
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Re: Vuelta a... ¿casa? (relato)

Mensaje por lucia »

El estilo es perfecto para una joven normal de quince o dieciséis años, aunque empieza a ser demasiado simple para alguien que va a cumplir dieciocho. De todas formas, salvo que tengas algo que contar sobre la vida de tu amiga, o que sea inventado, mejor déjalo ahí. Como introducción solo vale si se escapa para venir a España o algo así.
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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Jonayla
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Re: Vuelta a... ¿casa? (relato)

Mensaje por Jonayla »

Cuando lo escribí creo que tenía 16 años, ahora supongo que lo escribiría de una forma diferente, por eso quería rehacerlo un poco... y respecto a lo de continuarlo, la idea que tenía era precisamente eso, que volviese a España (esa parte ya sería totalmente inventada), y creo que lo escribiré como un regalo para ella, se emociona mucho con estas cosas. Pero bueno, como algo ya más "serio" no, no creo que dé para demasiado.

Muchas gracias por tu comentario :60:
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