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Hilde Domin (Heidelberg, 1909-2006) fue una de las grandes poetas alemanas del siglo XX. Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas, incluido el japonés y el chino. Militante de izquierdas y de origen judío, abandonó Alemania en los primeros años 30 y vivió en distintos países -el período más largo, catorce años, en la República Dominicana- hasta su regreso a su ciudad natal en 1954. La gama de los temas de la poesía de Domin (seudónimo en homenaje al país caribeño) es extensa, predominando en ellos el destierro y la soledad, la desesperación y la muerte, el amor y la angustia, la esperanza y la libertad, temas que recoge y varía reiteradamente. Por sus poemas serpentea, como un hilo conductor, la fragilidad y la fugacidad de la existencia humana. No sorprende que los pájaros y las nubes, lo volátil y volandero, estén tan presentes en sus versos. Atributos, específicamente femeninos, pletóricos de emociones y sentimientos que iluminan varios de sus poemas se turnan con varios otros que plantean, con su mente aguda, problemas metafísicos.
Domin fue íntima amiga de Nelly Sachs, Premio Nobel de Literatura en 1966, con la que mantuvo una intensa correspondencia entre 1960 y 1967. También entabló amistad con el filósofo Hans-Georg Gadamer. En una entrevista en 1986 fue preguntada sobre cuánto coraje necesita un escritor. "Un escritor necesita tres tipos de coraje", ella respondió. "Ser él mismo. El coraje de no mentir, de no tergiversar ni manipular, de llamar a las cosas por su nombre. Y tercero, creer en la conciencia y sinceridad de los demás". Su marido falleci´o en 1988. Su antología poética "Der Baum blüht trotzdem", publicada en 1999, fue su despedida personal. En uno de sus últimos poemas animaba a sus lectores a no rendirse. Estamos llamados, ella escribió, a anhelar "el milagro / pacientemente / como un pájaro / la mano extendida". Siguió leyendo sus poemas en público hasta 2006, poco antes de morir en su ciudad natal.