Acabo de leerlo, y lo de "
un relato muy original del serbio Pavic" le va como anillo al dedo. Un juego de creación imaginativa, de mentiras y cuasi verdades, de fantasía surrealista que te deja con una media sonrisa al acabar la lectura.
Te atrapa Pavic con el mejor gancho de todos: implicar al lector en la construcción del cuento, de manera individual y personalizada, ofreciéndote el protagonismo del mismo a base de crear unas premisas de participación distintas dependiendo si eres hombre o mujer. Y de ahí, a dejarse llevar, a imaginar y a jugar, teniendo en cuenta que el tono distendido y "poco serio" puede guardar alguna amargura y más reflexiones detrás de lo que aparenta: ¿qué es el amor? ¿se puede "programar"? ¿y la mentira? ¿puede manejar el escritor tanto a sus personajes como a sus lectores a su antojo?. Un cuidado y preciso engranaje revestido de misterio que te aligera la lectura y te sorprende casi en cada línea.
El caso es que me ha gustado, aunque sin entusiasmarme. Lo mismo es que soy demasiado enrevesada y con tanto símbolo (los sueños, los objetos-fetiche, los microcuentos dentro del cuento...) me ha dejado con una sensación rara, como que me he perdido algo
