Muy buena obra y un tanto atípica.
Agamenon es el protagonista porque todo gira en torno a su vuelta de Troya a su patria, pero en realidad salir lo que se dice salir apenas sale nada en una escena, aunque magnífica.
La obra se compone de cuadros que no parece que tengan relación pero sí la tienen por su conexión con Agamenon y lo que va a ocurrir, su muerte.
El primer acto es como una introducción que nos habla de la inseguridad de los que están en el poder y de los peligros que este conlleva.
El coro de mujeres de Micenas dice:
"Nunca los cetros gozaron de apacible
reposo ni tuvieron un día seguro"
"Ansían ser temidos. La bienhechora noche no les procura seguro retiro."
"Aunque las armas paren y cesen las traiciones, lo grande se desploma bajo su mismo peso y cede la Fortuna bajo su propia carga."
En el segundo acto Clitemnestra, la mujer de Agamenon, que tiene como amante a Egisto y que además odia a aquel por la muerte que dio a su propia hija Ifigenia para conseguir vientos propicios y llegar a Troya, reflexiona con la nodriza sobre qué hacer ante la llegada de Agamenon, y después con Egisto, su amante.
En el acto tercero llega Euribates, un soldado de Agamenon, anunciando su llegada a tierra, y donde se cuenta la accidentada vuelta de los griegos a su patria, pereciendo o perdiéndose la mayoría, y el coro de troyanas elogiando la muerte, esta parte es preciosa.
El acto cuarto nos trae a Casandra y al coro de troyanas. Casandra es un personaje perfecto, adivina-vidente que está condenada a que no la crea nadie en sus predicciones, con lo que sufre doblemente, aunque en este caso es al revés puesto que ve la muerte de Agamenon y por lo tanto su patria y a los suyos vengados.
Casandra.- Han superado ya mis males todos los temores. En realidad ni yo intento aplacar a los del cielo con plegaria alguna ni, si quieren ensañarse, tiene ellos con qué hacerme daño: la Fortuna ha consumido ella misma sus propias fuerzas. ¿Qué patria me queda ya, que padre, qué hermana? Las tumbas y los altares se han bebido mi sangre.
¿Qué ha sido de aquella feliz multitud de la grey fraterna? Extinguida, ya lo veis...
El encuentro de Agamenon y Casandra probablemente es lo mejor de la obra, Casandra le advierte que la fiesta no se sabe cómo va a acabar, y Agamenon le dice aquello de "Un vencedor, ¿qué puede temer?, Casandra le advierte "El no sentir temor". Ella sabe lo que va a ocurrir.
El quinto acto, es también muy interesante, por una parte no vemos la muerte de Agamenon sino que es Casandra la que lo cuenta mediante una visión que está teniendo, y después tenemos la huída de Orestes, hijo de Agamenon y Clitemnestra, porque es el que tendría que vengar a su padre y por eso su madre lo quiere matar también, y el enfrentamiento y encarcelamiento de Electra, la hija, y la muerte de Casandra a manos de Clitemnestra, con la advertencia de aquella de que ella también morirá (vaticina la muerte de Clitemnestra a manos de su hijo Orestes).
En fin, que Séneca cada vez me gusta más.