acabado
Bien es sabido que los
thrillers no son mi subgénero favorito dentro del género negro, pero no por ello dejamos de hallar en esta vertiente ciertos exponentes que, de tanto en cuando, muestran a las claras sus vastas posibilidades. Esto es lo que ocurre con "Huida", un libro mediante el que su autor sólo pretende entretener, si bien su principal premisa la cumple sobradamente. Se trata de un
page-turning real, alejado de otros muchos que las editoriales catalogan como tal con el único fin de llegar al público masivo, aun a sabiendas de que producto y publicidad nada tienen que ver. Aquí, Wood teje una trama intimista pero sumamente divertida a la que ni tan siquiera la revelación temprana de la incógnita identidad resta un ápice de calidad. Las páginas se suceden como por ensalmo, a un ritmo endiablado inherente a la propia curiosidad del lector. No ha lugar a cábalas ni conjeturas varias en una historia que se embebe con suma sencillez. Es simple distracción pero de gran calidad, lo cual no deja de resultar sumamente intrincado en la ejecución.
Dejando a un lado los giros de trama, los
cliffhangers y la identidad oculta del asesino en serie, Wood logra atrapar contra todo pronóstico la atención sumisa del lector. Para ello, el autor imprime a cada página un ritmo tal que cada párrafo se antoja una delicia ante la que claudicar. Wood no hipoteca la calidad de esta novela a la resolución final, sino que empapa cada uno de los capítulos de un mimo pormenorizado que no precisa de elemento futuro alguno. Huye de la norma creando una excepción que resulta tan placentera como somera.
Cuatro estrellitas para un
thriller de altura, que cuenta con un
tempo sostenido que recorre cada una de sus páginas. El autor no alberga mayor pretensión que mantenerte literariamente atado, lo cual logra con una eficiencia inusitada. Hay libros mejores pero no tan divertidos. Esta "Huida" no es sino la más pura evasión sustentada en el gozo más absoluto.