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Título original: The Dice Man Autor: Luke Rhinehart (alias de Goerge Cockcroft) Año de publicación: 1971 Año de edición: 2004 Editorial: Destino Colección: Áncora y Delfín ISBN: 9788423335909 Número de páginas: 592 Encuadernación: Tapa blanda
Sinopsis:
El psiquiatra Luke Rhinehart tiene una vida aburrida y sin sentido hasta que encuentra el camino hacia la liberación y la verdad cuando dispone que las decisiones de su vida y la de sus pacientes vengan marcadas por el aleatorio dictado de un dado. Una novela llena de humor, sexo, inteligencia, sarcasmo, subversión, crimen y suerte. Brillante sin comparación.
No lo he leído, pero me resultó muy curioso enterarme de que la canción "Such a Shame" de Talk Talk está inspirada en este libro. La música de los 80 tenía unas raíces muy literarias en bastantes ocasiones, es algo que ya casi no existe.
Pues sí señor, una nueva edición tan espectacular y divertida como todos los que tienen (a este le han tocado los cantos de las páginas en azul )
Traducido por Manuel Manzano Nº de páginas: 571 Encuadernación: Tapa dura // 14x21 cm Editorial: MALPASO EDICIONES ISBN: 9788416420254
24€ (edición impresa) // 8,99€ (edición digital)
Sinopsis
Un exitoso psiquiatra neoyorquino, que comparte nombre con el narrador de esta historia, entra en crisis (o más bien en barrena) y comienza a poner en duda los procedimientos «científicos» que lo han convertido en una eminencia. Esa incertidumbre lo llevará a abrazar el azar como paliativo para la neurosis y los dados como antídoto contra el agobio de la libertad cotidiana. El médico de almas se abandona a una alegre espiral de sexo, droga, violencia y mentira que, paradójicamente (o no), le abre de nuevo las puertas del prestigio social: miles de chalados lo admiran con devoción religiosa y se convierte en el mesías de una secta descabellada. Y lo que para él empezó como un juego acaba en infierno y para nosotros en una catarata de risas.
¿Moraleja? Tal vez no hay respuestas inapelables; tal vez debemos aprender a vivir con nuestros demonios; o sea, a convivir con nosotros mismos. O tal vez ocurra lo opuesto. Aunque lo más probable (dentro de lo aleatorio) es que no tengamos ni la más remota idea.
Me pongo con este, por si alguien se anima y se quiere enganchar.
El comienzo no es malo… y suena divertido.
Soy un hombre alto, con manos de carnicero, muslos como robles, cabeza de grandes mandíbulas y gafas de culo de vaso. Mido un metro noventa y tres centímetros y peso ciento cuatro kilos. Me parezco a Clark Kent, excepto por el hecho de que cuando me quito el traje apenas soy un poco más rápido que mi mujer, sólo soy un poco más fuerte que los hombres que tienen la mitad de mi tamaño y porque, dé los saltos que dé, ni de lejos salto edificios.
Como atleta soy excepcionalmente mediocre en todos los deportes importantes y en varios que no lo son. Juego de manera arriesgada y funesta al póquer y, en la bolsa, soy algo así como prudente y competente. Me casé con una mujer bella que había sido animadora y también vocalista de un grupo de rock y tengo dos hijos encantadores, no-neuróticos y del todo anormales. Soy profundamente religioso, soy el autor de Desnudo ante el mundo, una novela pornográfica adorable y de primera clase y no soy, ni nunca lo he sido, judío.
Imagino que es tu trabajo como lector tratar de crear algo mínimamente consistente de todo esto... ,
Vamos a ver, la historia, muy absurda, va de un psiquiatra que ha perdido toda su fe en la profesión y que, por azar del destino, un día descubre que puede dejar su vida personal y profesional al arbitrio de la suerte que salga en cada tirada de dados.
La BBC incluyó a este libro en una lista de los 50 libros más influyentes de no sé qué.
El mecanismo del juego es el siguiente: seleccionar 6 posibles alternativas para cualquier cosa, asignando a cada una un número del dado, y mantener la firme convicción de cumplir la opción que salga.
La locura y lo absurdo están asegurados. Lo combina, además, con un humor ácido y políticamente muy incorrecto (un humor irreverente, si se puede llamar así).
Pero, como digo, lo voy a dejar, y eso que a mi el humor absurdo me divierte y me he reído mucho con las primeras 100 páginas. Más o menos hasta que el protagonista empieza con la historia de los dados y la pone en práctica con varias situaciones rocambolecas. Lo que pasa es que, a partir de un momento, el absurdo me ha empezado a aburrir. Ha dejado de sorprenderme y ya no me está contando cosas que me interesen. Y como tengo varios libros abiertos que me apetecen, pues mejor lo dejo.
Al repasar el hilo me ha llamado la atención este comentario, qué gran verdad. Me han venido a la memoria muchas más canciones inspiradas por obras literarias. En cambio las letras de hoy... bueno, bueno, mejor dejarlo ahí:
Carmen Neke escribió: ↑12 Mar 2016 19:48No lo he leído, pero me resultó muy curioso enterarme de que la canción "Such a Shame" de Talk Talk está inspirada en este libro. La música de los 80 tenía unas raíces muy literarias en bastantes ocasiones, es algo que ya casi no existe.
No sabía que "Such a Shame" de Talk Talk está basada en esta novela. Que bonitos recuerdos me trae, era todo un himno, aunque la verdad es que cuando la oía no entendía que querría decir la letra, y claro, lo achacaba a mi inglés de camionero. Aquí la dejo por si alguna vez me pongo con este libro ponémerla de fondo y de paso, por lo que leo, fumarme algo para entenderlo:
Ivanovich escribió: ↑05 Feb 2022 23:26
Hum… creo que lo voy a dejar.
Hola Ivanovich!
Hazte un favor y terminatelo, que es todo un librazo.
Sabes que si lo dejas ahora, no lo reanudaras jamas y te vas a perder la conclusion
de si deberiamos de tomar nuestras decisiones siempre con la ayuda de un dado.
Las risas que te has debido de echar se quedaran sin moraleja...
Por ahora me temo que aun no has captado la idea, porque en vez de preguntar en el foro,
tenias que haber recurrido a un dado o moneda en su defecto...
Ivanovich escribió: ↑05 Feb 2022 23:26
Hum… creo que lo voy a dejar.
Hola Ivanovich!
Hazte un favor y terminatelo, que es todo un librazo.
Sabes que si lo dejas ahora, no lo reanudaras jamas y te vas a perder la conclusion
de si deberiamos de tomar nuestras decisiones siempre con la ayuda de un dado.
Las risas que te has debido de echar se quedaran sin moraleja...
Por ahora me temo que aun no has captado la idea, porque en vez de preguntar en el foro,
tenias que haber recurrido a un dado o moneda en su defecto...
Gracias, Niemand! Lo habría terminado si no fuera por otras varias lecturas que tengo abiertas para preparar una cosilla. Lo he devuelto a la biblioteca, que era de préstamo interbibliotecario. Pero apunto tu consejo.
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