El último día (Microrrelato)

[paulke]

En este caso el principio es el final de muchas historias. Era noviembre de mil novecientos dieciocho y nuestras almas ya rozaban, o soñaban con hacerlo, el final de la guerra.

Un último esfuerzo, era lo único que nos pedía el superior. Nuestros ojos, puro reflejo de nuestro espíritu, temerosos y horrorizados emitían plegarias por nosotros. Las imágenes que me venían a la mente eran momentos felices, de ese tipo del que carecía hacía tiempo.

La noche llegó a su fin y el sol apareció sobre un horizonte tan lejano como nuestra libertad, dejando un filtro grisáceo a través del cual nuestros ojos miraban impidiéndonos distinguir el presente de los recuerdos en blanco y negro de toda una vida que podía acabar al mismo tiempo que cualquiera de las exhalaciones que se sentían alrededor.

Un leve zumbido llegó a nuestros oídos y las respiraciones se detuvieron en seco. Ya sabíamos qué era y lo único que faltaba por confirmar era la pregunta que todos nos hacíamos: ¿a quién le tocará? John fue el elegido y cayó sobre el polvoriento campo formando parte de lo que se iba a convertir su cuerpo.

Corríamos, rezábamos y moríamos.

En un instante vi una lluvia horizontal de gotas de muerte. Cada una de ellas llevaba un nombre grabado en oro, unos más nítidos que otros. Cerré los ojos y seguí corriendo, sin ver lo que mis pies pisaban ni por dónde me llevaban. Si tenía que morir que así fuera, pero si tenía que vivir quería poder hacerlo sabiendo que consagraría mi vida a evitar las injusticias ordinarias del mundo. Podía, y lo más importante, quería hacerlo. Abrí los ojos y seguía con vida, corriendo.

Matar o morir, y aquel fatídico día en mi cuerpo no hubo cabida para la muerte.

Cuando todo acabó respiramos de nuevo, pero no era aire lo que entraba en nuestro cuerpo sino humo de muerte y polvo de sangre. Ríos y lagos del precioso líquido escarlata había bajo nuestras botas, dejando impresas huellas de muerte con lo mismo que hasta hacía poco había significado la vida para aquellas vasijas humanas despedazadas que nos rodeaban allá donde mirásemos.

Sobrevivir a algo así no se puede definir como vivir pues antes de poner el pie en el campo de batalla las reglas supremas te exigen como pago la entrega de tu humanidad.

[lucia]

Lo malo es que lo he visto mas como un videojuego o peli que como la realidad. Si lo de la humanidad fuese cierta, todos los que sufrieron la guerra en carne propia hubiesen dejado de ser personas... y no es ese el recuerdo de los supervivientes que conocí, que seguían siendo bien humanos.

De hecho, es probable que alguno fuese mas humano después de todo el horror vivido.

[Edgardo Benitez]

paulke
Es un buen texto. Claro la guerra no es humana y exige de los componentes olviden ser lo que son. Me gusta el tema y lo leo con agrado.

[ACLIAMANTA]

Es un relato que impacta aunque lo encontré suelto...(me explico, como si fuera parte de algo más) pero está bien escrito y me gustó.