Malas nuevas en una mentalidad enrevesada -que no puede llamarse, ni llamarse mentalidad por ser ideología- denotan falta de información de los no entes, neuronas informatizadas por el influjo de la apetencia. Dios abre el periódico por la página en la que se asienta. Las necrológicas cobran su venganza por pura ilógica.
Da lo mismo ya escribir en una pantalla de televisión que dar lo mismo que se recibe. La asolación de los sentidos en una nube sinérgica de sinsabores y sinsentidos marcados de por muerte a la vida en conversaciones -que parecen versos- telefónicas.
Hablar descabelladamente en lo más profundo de un pozo por las pérdidas inmateriales. Repercusiones irrespetuosas del orden -se diría, si es que decir fuese más que sacarse la lengua para pegarla en un matasellos-. Y así hasta el principio de la palabra: Una racha de viento robotizada.
Qué articulación fuese veleta sin marcar su propio terrenal encuentro, postergar la idiosincrasia. Situaciones embebecidas por contingencias y posibilidades, porque no es lo mismo desear una gota de semen que recibir la extremaunción.
Radiaciones y esterilidades propagan dudas que se miran los codos a través de las paredes membranosas de esa insolencia llamada cuerpo y alma.
Y espíritu.
Y Dios.
La tecnología al frente, único, y únicamente enemiga de sí misma.
Es por ello la afirmación del bla, bla, bla, como nueva corriente de alta tensión.
¿La imaginación?
Despojada y desposada.
Solo un muerto puede deshojar una margarita sin llevarse un chasco.
Hasta ahí llega el efecto invernadero.
El sol, electrocutado, impide la tormenta.
Una palmada en el hombro, y una nueva venida de Cristo.
Quizá así la historia deje de frotarse las manos con un estropajo.
Cosas que no se ven se llevan toda la gloria.
Me miro en el espejo y pulso un botón sin descargar nada.
Un botón de autodestrucción que se pulsa solo (que bien podría ser el del WC). No hace engañoso al espejo. No en la medida en que todo el poder ha sido derrocado por reformas.
Es lo que tiene darle a algo la forma deseada:
Que no atribuyes a lo que letalmente se espacia tu propio deseo.
La mente ya no se mira del revés.
Se descodifica para no ser salvada.
Mentida insensibilidad (Prosa poética)
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Re: Mentida insensibilidad (Prosa poética)
Leído.
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