CV5 - Tu nombre escrito - Ororo

[kassiopea]

Tu nombre escrito


Tu nombre siempre aparece escrito. En los bancos de los parques, en los troncos de los árboles o en las puertas de los aseos públicos. Aparece escrito con pasión y ahínco, irregular y frenético; desde el corazón adolescente, sin tapujos ni medias tintas. Atraviésalo con una flecha, táchalo o intenta arrancarlo con una navaja. Ahí estará tu nombre escrito.

Aparece en otras ocasiones claro y limpio, escrito con esmero para que perdure y se lea bien, no vaya a borrarse por el paso del tiempo o la lluvia. Una caligrafía impecable de niño de colegio con restos de babas y helado de vainilla. Tan dulce. También con letra muy pequeña en una esquina olvidada aparece tu nombre a veces. Tímido, mimoso, como esperando que alguien detallista se percate de su presencia y le dé el protagonismo que se merece. Y otras, las menos, aparece ilegible, casi impronunciable; un gusano retorcido en mezcal.

La cuestión es que tu nombre siempre aparece escrito para ser leído. Yo lo leo cuando pienso en el mar, en los pies descansando en la arena y cuando veo alguna niña pasar en bicicleta hacia un puesto de arenques frescos. Lo pronuncio con la boca pequeña, no se vaya a escapar con la brisa, aunque un día lo grité y salió enmarañado como un gato feroz. Sangrando, hecho jirones, lo metí en la ducha para limpiarlo y que se desmadejara aunque solo fuera un poco, pero no pude ver más que una maraña de pelos largos y lacios en el desagüe, como deben de tenerlos en el norte, discurrí; imposible de descifrar.

¿Y el neón? ¿Cuando aparece escrito en neón? Oh, entonces brilla, es fuego. Saltan chispas y las letras de tu nombre bailan indecentemente el can-can y otras veleidades con muslos. La hebilla del zapato te aprieta el tobillo y, raudo, acudo a desabrocharlo para liberarte de tus males y de algo más.

Tu nombre no me sabe a hierba como a Serrat, sino a esa mezcla extraña de melancolía y placentera nostalgia. Como cuando uno recoge fotos antiguas de los cajones llenos de arañas y vuelve a soñar que fue un infante. Entre estornudos, confirmo que no me da alergia tu nombre, sino esos cajones que encierran polvorientas ceremonias y libros de familia. Tiro las llaves. Quiero abrirlos cuando me apetezca. Me sabe tu nombre a páginas de libros cada vez que acerco la lengua a la punta de los dedos. Es un nombre intelectual que usa gafas de vez en cuando, que crea monstruos salidos del mar y les da vida y muerte.

Si yo fuera un señor con bigote, fumaría uno de esos puros hechos a mano y pediría un poco de whisky para leer tu nombre en la ceremonia del anochecer: ahumaría tus historias más trémulas y escupiría sin disimulo sobre los espacios en blanco. Pero no lo soy. Así que me dedico a fumar colillas a escondidas.

Esta mañana, el señor del puesto de helados me ha dicho que también había visto tu nombre escrito. Me ha extrañado, porque no sabía que lo pudieran leer otras personas. Ni se me había pasado por la cabeza. Sorprendido, le he mirado con los ojos muy abiertos e, inocentemente, le he preguntado: «¿Y qué le sugiere?». Entonces, se ha puesto a mirar al cielo como para comprobar si llovía y a contar una historia que me parece que se ha inventado. Según él, tu nombre escrito proviene siempre del mar. En algunos casos, de mares preñados de grotescas criaturas de la noche que bailan bajo la luz de la Luna su particular danza. Sí, eso me ha contado el heladero. De entre sus dientes retorcidos, las palabras emergían en forma de leyenda:

«Pero no todos son capaces de divisar los monstruos en la noche. Ha habido grandes capitanes de barco tan ciegos que no se han percatado de que, de pronto, un pequeño remolino se abría en las aguas. La Luna, incluso, no se ha atrevido nunca a iluminar completamente el particular escenario. El remolino va ensanchándose, comienza a abrirse paso hacia el fondo dejando un surco en la superficie casi inabarcable para la mirada de un hombre. Un pozo de aguas embravecidas a punto de engullir la embarcación desde la que, atentos grumetes con catalejo, toman notas para futuras novelas.

»El primer gemido proviene del fondo del mar, del principio de todo, donde se fraguó la vida y, desde entonces, reinan la oscuridad y la calma. Una criatura de dimensiones descomunales emerge bramando y lanzando sus tentáculos al cielo. Grandes rocas y plantas coronan lo que podría ser su cabeza, dotándola de un aire regio. Mantiene el equilibrio en el torbellino de aguas que azotan todos los continentes, los que existen y los que no. Espera gimiendo, casi llorando, emitiendo un grito metálico y doloroso que poco tiene que ver con el escultural y gigantesco cuerpo que brilla mojado en la noche.

»Pero algo se acerca. Por supuesto que se acerca. Medio cuerpo sumergido y resoplando en la superficie avanza con furia hacia quien emite la llamada. El choque entre las criaturas es más un fulgor que un estruendo. El ansia enreda y confunde las extremidades y la danza animal comienza. Ya no se distingue qué animal es cada cual. Ni si son piedras, colmillos o fragmentos de navíos antiguos lo que se clavan con insistencia uno en el cuerpo del otro.

»¿Miedo? Pavor. Un espectáculo que jamás se olvida. Grumetes novelistas, apuntad bien su nombre, porque así apareció en el comienzo: escrito en la piel de la fauna abisal en los tiempos en los que la naturaleza era la única verdad».

Así finalizó el heladero su relato. Al punto, enjugó una lágrima. «No llore», supliqué, «Si es esta una historia que se ha inventado usted». «Por eso», respondió él, «Por eso lloro».

[Edgardo Benitez]

Es un relato de muy buena prosa. Me agradan los textos escritos en esta armonía de palabras. El final no ha sido tanto de mi agrado pero en sí, lo he leído de un tirón, y contento me quedo.

[Edgardo Benitez]

No me gusta el uso de guiones en lugar de la Raya, y de asteriscos cuando no son necesarios.
«Por eso», respondió él, «Por eso lloro».

Aun así podría otorgarte algunos puntos.

[Landra]

Volveré a pasarme compañero, porque no me queda muy claro el final, buena prosa, aunque no me llega a decir mucho.

Un saludo!

[Paraná]

¡Qué hermosura de prosa! A diferencia de los otros lectores, a mí el final me ha parecido el único digno.

Me sabe tu nombre a páginas de libros cada vez que acerco la lengua a la punta de los dedos... Grumetes novelistas, apuntad bien su nombre porque así apareció en el comienzo: escrito en la piel de la fauna abisal en los tiempos en los que la naturaleza era la única verdad

Me has llevado hasta la cueva de Cthulhu y me has hecho bailar con él bajo la luna, para comprobar que lo monstruoso es sólo un matiz de lo bello.
¡Hermoso relato!

[noramu]

Pues me ha gustado mucho este sinsentido. Buena prosa que de una manera muy original elude con gracia la temática marinera sin que se pueda decir que no está presente. Te lo agradezco porque en el fondo esa temática no me interesa en absoluto. De las comillas ya se encargará de hablarte Isma cuando pase por aquí.
Suerte y que te vaya viento en popa

[rubisco]

Este grumetillo se estrena en el concurso con tu nombre escrito.

La prosa es intachable. Pulcra y compleja, se nota que quien lo escribe no sólo maneja dicho arte sino que además disfruta haciéndolo notar. A mí no me gusta esa forma tan retorcida de contar ciertas cosas, pero no estoy aquí para hablar sólo de mis gustos, sino también de la calidad de lo escrito, y ahí hay mucha.

Un relato tan corto no da para que un personaje se desarrolle mucho, así que esa parte la tendré poco en cuenta, pero al menos sí mencionaré que no parece haber ningún tipo de cambio en los personajes de la historia, lo cual se explica porque lo importante es otra cosa. Decisión del autor que el lector ha de compartir si quiere leerlo.

Hay algunas expresiones que se me hacen difíciles de interpretar. Por ejemplo:

La hebilla del zapato te aprieta el tobillo y, raudo, acudo a desabrocharlo para liberarte de tus males y de algo más.

Quizá esté buscando razón donde no la hay. ¿Qué es ese algo más del que quiere liberarlo? ¿Por qué no explicitarlo? (Podría decirse que para dar rienda suelta al lector, pero me parece tan descolgado que, sencillamente, cabe casi cualquier cosa.) Mi primera percepción era algo sexual, pero tratándose del zapato habría que ponerse en la piel de alguien muy juguetón para interpretarlo así (a menos que lo del zapato sea una figuración algo trillada).

Y ahora voy a lo que menos me ha gustado: la coherencia. Se nos empieza hablando de un nombre (tu nombre) y a mitad de relato el protagonismo recae en un heladero que cuenta una historia inspirada por dicho nombre, que es fantasiosa (quizá figurativa, también; he creído entrever un coito en la pelea de animales) y concluye con el heladero llorando (lo cual me reafirma en mi calenturienta interpretación: el heladero llora porque es inventado, porque no puede hacerlo real).

Y sin embargo creo que esta interpretación mía se aleja completamente de la intención del autor o autora, debido a mi interés por responder siempre a estas preguntas: ¿qué se quiere transmitir con el texto? ¿cuál es la enseñanza que propone? ¿qué debería cambiar en mi forma de pensar? Y para poder darle respuesta tengo que retorcer el texto hasta exprimir un significado más ampuloso aún que su redacción.

No lo voy a negar: eso me pasa por comentar textos de mil palabras teniendo activado el chip del relato corto. Culpa mía, autor o autora.

En todo caso, que tengas buena travesía .

[cindia]

Tu prosa me ha parecido muy buena, de los que se disfruta al leer. La única pega que no he terminado de entender la historia.
Tenemos al chico que siempre lee un nombre en todas partes y aparece el hombre de los helados que le cuenta una historia según le sugiere ese mismo nombre. Lo que no entiendo es por que llora al final? Por sentimiento? Por que quiso vivirlo y no lo vivió?

Me lo leeré por tercera vez a ver si consigo pillarlo. Siento ser tan simple de verdad

Te deseo suerte en el concurso

[Megan]

Una verdadera maravilla, una prosa impecable, una historia muy simple contada de una manera mágica. Autor/a me tomaste de la mano y me llevaste por muchos lugares para ver ese nombre que tanto amas, pero lo hiciste con tal delicadeza que me he quedado flotando. Qué hermoso te quedó esto:

"Tu nombre no me sabe a hierba como a Serrat, sino a esa mezcla extraña de melancolía y placentera nostalgia. Como cuando uno recoge fotos antiguas de los cajones llenos de arañas y vuelve a soñar que fue un infante. Entre estornudos, confirmo que no me da alergia tu nombre, sino esos cajones que encierran polvorientas ceremonias y libros de familia. Tiro las llaves. Quiero abrirlos cuando me apetezca."

Creo conocerte, pero me lo guardo muy profundo, para cuando estés en el podio con el premio en la mano

Muchas gracias por compartirlo y ¿qué decirte? ¿te deseo mucha suerte? ya la tenes, no es necesario deseártela

[prófugo]

Estimado(a) autor(a):

También me uno al club de los que se han enamorado de tu prosa. Me dejé enredar entre tus palabras y rimas y caí rendido.

Pero también tengo que reconocer que no entendí del todo tu trabajo...el final no termina de convencerme y ser de mi total agrado.

Quizás no sepa deleitar un buen caviar...pero si apreciar su talante, su majestuosidad y su elegancia. Pues eso mismo con tu trabajo.

Ojalá tuviera esa facilidad y conocimientos para escribir tan bien como tú...envidia sana



Mucha suerte...tienes muchas probabilidades de estar muy arriba al final

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[artemisa27]

Lo primero que te voy a decir es algo que ya te han dicho: tienes una prosa muy bella. Y a mí eso me encanta. Esa prosa que hace que el lector se enrede en las palabras, se sumerja en ellas para redescubrirlas, y ver lo que pueden hacer unidas en un discurso. En fin, qué bello envoltorio.

Pero el contenido no me gusta. Mejor dicho, no es que no me guste, es que no sé qué sacar del relato, y veo que no soy la única que no sabe qué quieres transmitir exactamente. Me has hecho ver ese nombre, es más, me has hecho cerrar los ojos y amarlo... Pero fuera de las palabras, cuando he dejado de leerlo, no he hallado nada más.

¡Mucha suerte en el concurso!


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[Iliria]

Creo que expresas muy bien toda la carga de tristeza que implica ese nombre, la imposibilidad de lograr un amor (quién no se ha sentido así alguna vez...)
Además lo planteas desde una perspectiva muy original, así que... Puedo decir que tendrás puntos por mi parte.

Gracias, autor/a

[Isma]

Joer, pero qué bueno. En ocasiones como esta me retraigo y me siento a pensar sobre lo que he leído. Creo que me has alegrado el concurso. ¿Un heladero como heraldo de las letras de las profundidades? ¿Un nombre que evoca todo eso? El cauce que las palabras encuentran para dar salida a lo que tienes en la cabeza es precioso. A mí me sacude, me enajena. Lo he leído del tirón y luego lo he vuelto a leer y ahora lo leo a trozos sueltos. Me encanta. Y no es justo. ¿Qué tipo de cadena se debe romper para que uno libere esta prosa?

Me paso el concurso confuso, como si la noche de San Juan hubiera alargado su magia. Este relato me lo recuerda.

Qué bueno. A ti no te doy un abrazo porque no llego. Estás demasiado lejos. Te tiro un beso a lo sumo, ya seas hombre o mujer.

[konchyp]

Aquí otra que se une al club de las "simplonas".
No lo pillo, bonita prosa, muy bien trabajada, un artista vamos! Pero yo soy una amateur y este relato me queda demasiado grande.
Lo siento.

[Spicata]

Querido autor:

A mí con tu prosa me acabas de enamorar, sin palabras me hallo y con el corazón palpitando por todo aquello que me has hecho sentir. Tienes una pluma exquisita y me quito el sombrero ante tí, hay frases que sencillamente son para enmarcar. ME vas a sacar unos cuantos puntos.

Enhorabuena.