La bruja del bosque mágico (Novela en capítulos)

Espacio en el que encontrar los relatos de los foreros, y pistas para quien quiera publicar.

Moderadores: Megan, kassiopea

Responder
u2009110379
Mensajes: 11
Registrado: 13 Oct 2015 15:58

La bruja del bosque mágico (Novela en capítulos)

Mensaje por u2009110379 »

Capitulo 1: Halle

El pueblo de Halle es un lugar de lo más variopinto. Está compuesto por una singular mezcla entre lo tradicional y lo moderno. Las extravagantes calles están adornadas con múltiples emblemas coloridos, los cuales son confeccionados a mano por cándidas ancianas. Las construcciones y viviendas son un espectáculo para los ojos; sus formas y estructuras hacen creer al espectador que se mueven solas y ciertamente algunas lo hacen.

El principal motor de la economía es la venta de exóticos utensilios y remedios caseros elaborados por los hábiles ciudadanos. En cuanto a manualidades sobresalen los jarrones decorados con hojas de eucalipto cuya fragancia nunca desaparece. De las medicinas, las más notorias son las pociones, las cuales son empleadas para sanar enfermedades y otras se utilizan como ungüentos para las heridas de diversa índole.

De todos los habitantes de Halle, son los niños los más alegres y risueños. Cuando no están en la escuela, se los encuentra jugando en la plaza principal de la ciudad. Y de entre todos los pequeños, la que más resalta es Ezilda. Una muchachita de doce años con piel clara, cabellos dorados y mirada inquisitiva.

La pequeña Ezilda vivía en una modesta casa junto a su abuelita. Cada mañana el sueño de Ezilda era interrumpido por el cantar de las aves. En ese instante era cuando su rutina comenzaba. Nada más levantarse de la cama, se apresuraba a dar de comer a los animales de la granja que su abuelita poseía; entre ellos había gallos, gansos, pavos, cerdos y vacas. Mientras los animales engullían su alimento, ella los contemplaba con curiosidad como tratando de descifrar si alguno de ellos era capaz de razonar.

Luego de terminar los quehaceres de la casa, Ezilda partía a su colegio. En su camino contemplaba el reloj de torre de Haller; esta era una enorme construcción. La primera vez le asombro que los engranajes fueran más grandes que ella misma; pero lo había visitado tantas veces que su interés en el desapareció. Halle era un lugar fascinante, pero Ezilda no lo veía así; a ella la rutina la estaba matando. “Si no fuera por aquel bosque pensaba”

Ese era el gran secreto de Halle, a pesar de que los ciudadanos gozaban de una pacífica vida; Halle estaba ubicado cerca de un enorme y misterioso bosque. El ingreso a este era restringido; las personas que se adentraban al bosque lo hacían para recolectar insumos necesarios para elaborar diversos productos. Aquellos que entraban sin autorización eran severamente castigados.

-Jamás entres a ese lugar –le había dicho su abuela Linda.

-pero por qué no? ¿Qué hay allí? –le cuestionaba.

Su abuelita era una anciana muy amable y sincera, pero cuando Ezilda le preguntaba sobre aquel bosque, ponía una mueca entre tristeza y enfado. Nunca le respondía con la verdad y eso a Ezilda la desconcertaba.



Una vez llego a su colegio Ezilda se la paso bostezando, para ella el colegio resultaba aburrido. Ezilda quería descubrir el mundo, quería tener aventuras y el colegio no era un lugar donde sus anhelos se harían realidad. Cuando sus clases terminaron, regreso a su hogar. Cuando llego a su hogar, su abuelita la recibió con la comida preparada y un cándido abrazo. Al terminar sus tediosas tareas, Ezilda salió a comprar los encargos de su abuelita.

20 hojas de eucalipto, 1 litro de aceite gris, 10 piezas de pan, ½ kilo de pollo, y más cosas que la anciana necesitaba. Todo esto lo encontraba en el mercado Omnes. En su camino pudo divisar varios anuncios de “se busca”, varios niños de la ciudad habían desaparecido; no le dio importancia y avanzo con prisa. Mientras avanzaba, podía escuchar las habituales discusiones del mercado.

-Lleve una docena de hojas de dragón por solo una moneda de oro- gritaba un hombre de barbas grises.

- ¡Está loco! ¡Eso solo vale 20 tines! –respondía una señora malhumorada.

Era de noche cuando termino de hacer las compras. Ella se disponía a regresar a casa, pero se detuvo en la plaza principal del pueblo a descansar de su rutinaria vida.

Estaba contemplando un grupo de artistas ambulantes cuando ocurrió algo que cambiaría su vida y la de todos los habitantes de Halle.

Uno de los malabaristas estaba sosteniendo a su compañera con una sola mano, mientras esta lanzaba fuego por la boca, cuando un niño harapiento salió de entre la concurrencia hacia el lugar donde los malabaristas se encontraban. Ezilda lo reconoció, era uno de los niños de los anuncios de “se busca”, pero lucia distinto. Tenía la mirada perdida y el rostro pálido. Uno de los malabaristas avanzo hacia el niño para cortarle el paso, y fue entonces cuando el alboroto comenzó.

Cientos de bestias salieron del bosque, algunos pequeños pasaron desapercibidos, pero los osos y tigres no. Muchos de ellos avanzaron a toda prisa hacia las afueras del pueblo, era obvio que estaban asustados y aquello que les producía ese miedo, estaba en el bosque.

Unos 30 animales se amontonaron en la plaza del pueblo, rodeando a aquellos que allí se encontraban. Un cuervo se posó en la cabeza del chico harapiento y este hablo en voz alta.

-Habitantes de Halle, el mal que habita en el bosque será liberado muy pronto. Márchense de aquí, o eso que yace escondido en el bosque vendrá y tomará sus vidas.

Una vez hecho este anuncio, los animales que estaban en la plaza se unieron al resto en el frenesí hacia las afueras del pueblo, el niño que hablo se desplomo y quedó inerte.

Los habitantes de Halle quedaron asombrados ante tal acontecimiento, aquellos que estaban en la plaza miraban desconcertados como se alejaban las bestias; un hombre de mediana edad tomo en sus brazos al niño y lo llevo corriendo a un médico del pueblo. Algunos curiosos se reunieron allí.

Ezilda corrió con temor hacia su hogar, todo su cuerpo le temblaba; tenía mucho miedo. En su travesía escuchaba frases de desesperación; “Esa cosa va a salir” “el diablo hará su aparición” “estamos condenados” repetían algunas personas.

Cuando llego a casa; su abuela la abrazo con todas sus fuerzas y le acaricio la cabeza con ternura.

-Mi niña tenemos que irnos de Halle – le susurro la cándida anciana.
1
u2009110379
Mensajes: 11
Registrado: 13 Oct 2015 15:58

Re: LA BRUJA DEL BOSQUE MAGICO

Mensaje por u2009110379 »

CAPITULO 2: SILENCIO

Una semana había pasado desde aquel incidente. Los ciudadanos habían recurrido al gobierno en busca de ayuda y explicaciones. En respuesta 1000 soldados fueron enviados a las afueras de Halle; en un principio los ciudadanos pensaron que los ayudarían pero esto jamás sucedió. Se estableció una barrera en los alrededores de Halle. Nadie podía salir o entrar. Fue entonces cuando se organizó una gran reunión para decidir el futuro de Halle.

Era de noche; cuando se congregaron en el gran reloj de Halle. Todos estaban parados frente a un pequeño estrado. Las conversaciones acerca de lo ocurrido en días anteriores resonaban en todo el lugar. Muchos niños habían desaparecido, algunas personas decían haber visto varios espectros llevándoselos hacia el bosque; otros decían que varios animales salían de noche y se los comían. En consecuencia, los niños fueron recluidos en sus propias casas. Las habladurías continuaron hasta que por fin el alcalde del pueblo salió al frente.

-Ciudadanos de Halle, estamos aquí para aclarar nuestra situación y exponer la solución a nuestros problemas.
-¡Dinos lo que paso! ¡Mis hijos desaparecieron! ¿Porque nos impiden salir de Halle? -estallo una mujer.
-“Eso” que está encerrado en el bosque pronto será liberado. Por motivos de seguridad el gobierno decidió bloquear la ciudad. Han declarado que Halle es un peligro. Desde ahora estamos solos.
-¿Entonces que podemos hacer? ¿Cómo saldremos? -gimió un hombre.
-Lamentablemente la única vía de escape es aventurarnos y probar suerte en el bosque. Ya tenemos guías preparados que nos llevaran a través de este. Nos iremos mañana por la mañana, aquellos que quieran quedarse, son libres de hacerlo. La muchedumbre enmudeció, la medida era radical, pero no tenían elección; su silencio era signo de resignación.

En una habitación contigua, una pequeña tenía una oreja pegada a una delgada pared y escuchaba con atención cada cosa que se decía. A pesar de las advertencias que le dio su abuelita, Ezilda salió detrás de ella sin su permiso. A medida que avanzaban se dio cuenta que Halle había cambiado; las calles que antes estaban llenas de bullicio, ahora parecían fantasmales. Cuando llegaron al gran reloj, Ezilda se escabullo hasta una pequeña sala desde donde podía oír lo que los adultos decían.

-A que se referirá con “eso” -pensaba.

En su mente mil ideas revoloteaban. Era consciente de que los adultos ocultaban muchas cosas a los niños; no solo sobre aquel misterioso bosque sino sobre el mundo fuera de Halle. Esos conocimientos se los revelarían cuando cumpliera la mayoría de edad. Ezilda quería saberlo todo; quería entender porque los adultos tenían miedo al bosque, quería conocer el mundo que la rodeaba.

-Mañana se aclarara todo -se consolaba.

Cuando los adultos comenzaron a retirarse, sigilosamente salió de su escondite. Avanzo con paso firme hacia su casa, hasta que noto algo extraño. En la calle no había nadie, pero podía escuchar el sonido de pisadas, quien fuera no utilizaba zapatos pues los sonidos eran más bien como pequeños golpes en el piso. Ezilda giro la cabeza a todos lados tratando de encontrar a alguien, pero no pudo localizarlo, cuando ella se detenía, las pisadas cesaban.

-Alguien me está siguiendo -concluyo.

Analizo con detalle el sonido y el terror la invadió. Aquellas pisadas no podían ser de un humano, eran demasiado duras; aquello debía pesar mucho y lo peor es que no podía verlo. Ezilda siguió su camino con cautela; camino despacio hasta girar una calle y entonces comenzó a correr. No avanzo ni 10 metros cuando del piso surgió una enorme y peluda criatura, se trataba de un gorila.

-Esta noche saldrán a cazar otra vez -hablo la criatura. Ezilda se sorprendió, pero no tenía miedo; aquella criatura estaba tensa pero no era agresiva.
-No entiendo, a que te refieres ¿quién eres? Quienes son ellos? -pregunto nerviosa.
-Soy uno de los protectores de Halle. Mi tarea consiste en ayudarlos en caso de que los conflictos en el bosque los afecte. Sin embargo esto esta fuera de lugar, el bosque ya no es seguro, incluso para los míos. Esas cosas… -el gorila dejo de hablar; había notado algo en el ambiente.
-¿Que sucede?
-Están aquí, hay al menos 20 de ellos. No podre protegerte… pequeña en el momento que aparezcan, yo avanzare hacia esas bestias; aprovecha el momento y escapa. Ve hacia las afueras de Halle.

Ezilda se alisto a correr, pero cuando vio a que se refería, se paralizo. Delante podía ver varias cosas moviéndose, debían ser más de 30. Todas ellas avanzaban en dirección a ella. Parecían lobos gigantes, tenían pelaje gris, cuernos y dientes afilados. Cuando llegaron a ellos, el Gorila cayó herido, Ezilda trato de huir pero uno de ellos la tomo en sus fauces. Ella trataba de zafarse pero era inútil. Aquella criatura se la llevo en dirección al bosque. Durante su brusca travesía, noto que su captor tenía un collar, Ezilda hizo un esfuerzo sobrehumano para tirar de él; la bestia gimió y la soltó. La pequeña corrió hacia el bosque; las criaturas la siguieron, pero la pequeña se había perdido entre el denso follaje.
1
Avatar de Usuario
lucia
Cruela de vil
Mensajes: 84497
Registrado: 26 Dic 2003 18:50

Re: LA BRUJA DEL BOSQUE MAGICO

Mensaje por lucia »

Creo que hubiese ayudado a la ambientación que alguien hubiese hablado mas de la desaparición de los niños y de la maldición del bosque además de decir que la abuela no hablaba de él.

Y el segundo capítulo lo desarrollas demasiado rápido, como si no quisieras dar respiro a quien te lee.
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

Imagen Mis diseños
Responder