El pasajero clandestino - Georges Simenon

Elemental, querido Watson.
Y acción, espionaje e intriga, exploraciones...

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woki
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El pasajero clandestino - Georges Simenon

Mensaje por woki »

El pasajero clandestino

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Un magnate de la industria cinematográfica fallece en Londres dejando su inmensa fortuna a un hijo bastardo, a quien no conoce y cuyo paradero parece incierto. El mayor Owen, informado del caso por la prensa y haciéndose pasar por un antiguo conocido del fallecido, parte de Panamá a Tahití en su busca con la clara intención de sacar una buena tajada. Lo que jamás puede sospechar es que en ese mismo buque viajan otros seres que también pretenden dar con René, el rico heredero: Mougins, un personaje sin escrúpulos, y un misterioso polizón al que Owen presta su ayuda durante la travesía. Una vez en la isla, las cosas se complican, como suele ocurrir cuando hay de por medio mucho dinero y una mujer de armas tomar como Lotte, antigua amante de René. Muy pronto, Owen no sólo se encuentra enfrentado a Mougins y a la desconfianza de todos, sino al imprevisible final que le depara René.

Autor: Georges Simenon
Título original: Le Passager clandestin
Año de publicación: 1947

Editorial: Tusquets
Colección: Andanzas
Año de la edición: 1995
ISBN: 978-8472238992
Páginas: 200
Traducción: Carlos Pujol
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Diocolo
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Re: El pasajero clandestino - Georges Simenon

Mensaje por Diocolo »

He leído esta obra de Simenon estos días de Semana Santa. Hacía mucho que no caía en leer una de las novelas "duras" de Simenon y la verdad es que merecen mucho la pena.

En este caso he encontrado la trama bastante bien hilada, desarrollándose muy poco a poco, pero sin perder interés. Por otro lado, como es propio de Simenon, no se trata tanto de la trama, si no de la ambientación física y psicológica que va a haciendo. En este caso nos trasporta a Tahití, y la soledad de alguien que ya siento que el tiempo de juventud y aventuras se le ha terminado pasando.

Es una preciosidad cómo recrea y sumerge en Tahití, Lo he disfrutado mucho ya sólo en este aspecto. Pero yendo a la trama, tomamos el seguimiento del mayor Owen, que acude a la isla en vista a dar con un chaval al que, por fallecimiento de su padre, le caería una gran fortuna. Si no lees la reseña, esto se va desvelando poco a poco. Al principio la novela plantea un viaje en barco por Panamá en la que el mayor Owen descubre un polizón, y sentimos como se molesta cuando ésta resulta ser una mujer que anda a vuelta con el telegrafista... aunque una vez en Tahití, la cosa no termina bien, y resulta estar aliada con el antagonista, el francés. Pero en realidad, la trama de esta mujer, su antigua relación con el buscado, y el ser " cebo" preparado por el francés para hacerlo caer en aceptar la fortuna, aunque de algún modo es la trama (ya que el mayor Owen, precisamente, aspira a lo mismo, y por tanto, hay una rivalidad entre ambos, pero no sólo por esto, si no también por carácter y por vida), queda un tanto, para mi, en segundo plano. Hace mover las cosas, pero lo que me ha terminado importando era cómo iba viendo, sintiendo, viviendo, el mayor Owen.

Al final Owen entiende que bien está la nueva vida del muchacho que venía a buscar, y que ya se las verá él mismo en si quiere o no cambiar radicalmente de vida (al final, sigue con lo suyo, casado con una nativa, y rechaza el asunto). El francés lo va a llevar peor, ya que iba buscando de manera agresiva tener acceso a esa fortuna. Pero Owen es de otro talante. Vamos siguiendo sus reflexiones y su planteamiento vital, a través del ir viviendo en Tahití, en clubs, en bares, y en cabañas.

Este libro, sin pretenderlo, deja un poso de gravedad reflexiva y a la vez, transmite muy bien las sensaciones de haber estado ahí, de transportarte a un paraje idílico, donde las gentes son como niños y viven de manera tan natural y desenfadada con su medio. Lo he leído con mucho gusto, la verdad.

Me ha parecido curioso cómo se hace referencia varias veces (por parte del doctor Benedic, afincado ya en la isla) al "ser uno de los nuestros", es decir, personas que al final asumen que ya es bastante el ir viviendo por doquier, y sin muchas esperanzas terminan acodándose en las mesas de los clubs de Tahití para siempre, cagados de canas y recuerdos. Es lo que le pasa a Owen. De hecho, podría ser esta una novela donde vemos reflejado el sentimiento de soledad y la sensación de entrada en una edad donde ya no cabe esperar nada más. Lo menciono, lo de ser uno de los nuestros, porque en Lord Jim de Conrad también se hacía varias veces referencia a eso, a ser "uno de los nuestros", en el sentido de ser un verdadero marino, con luces y sombras, y que al final le es indiferente volver o no a una suerte de hogar.

En fin, una lectura que la tomé un poco sin esperar nada concreto y que, una vez más, me desvela a un Simenon reflexivo, estupendo evocador de escenas y parajes, y con trama de suficiente interés para otorgar una lectura placentera y a la ve existencial, con calado humano.
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