A algunos británicos, a fines del siglo XIX, les resultaba más barato vivir fuera de la metrópoli (les ocurriría también, algo después, a ciertos argentinos, entre ellos los Borges y los Mujica Láinez, aunque ahora nos suene raro.) Entre aquellos muchos ingleses, estuvo la familia Paget, que vagabundeó tanto por Europa, que su hija Violet denominó al conjunto, capitaneado por la madre, como «gitanos burgueses». Pero al fin se detuvo en Italia, que con sol, baratura, vitalidad y permisividad con los turistas extranjeros fue, muchos años, un paraíso.
Si hablamos de la señorita -jamás se casó- Violet Paget, nacida inglesa en Boulogne-sur-Mer en 1856 y muerta en Florencia en 1935, pocos sabrán de quien hablamos. Habrá que decir Vernon Lee (su seudónimo masculino) para que, entre algunos, surja el peculiar suspiro que produce el personaje singular y el autor de culto. Desde 1873 los Paget vivieron en Florencia -la ciudad de todas las nostalgias- y Violet conservó la casa de campo, vecina a la ciudad, Il Palmerino, hasta su muerte. Vernon Lee publicó muchos libros (desde su inaugural Studies of the eighteenth century in Italy de 1880) entre estudios sobre arte y literatura, relatos y libros de curiosidades y miscelánea. Aunque su amigo el gran pintor J. S. Sargent, la dibujó pizpireta y joven, con un sombrerito de paja, el aire más habitual de Vernon Lee es el de una mujer estudiosa y fuerte, que nunca se calló, lo que le produjo amigos y enemigos: entre los primeros la novelista Edith Wharton o el joven historiador de arte Mario Praz. Entre los segundos, Bertrand Russell o Lytton Strachey que, aunque la leían, la tenían por un marimacho. Sin duda Lee fue lesbiana, y se le conocen varias y fieles amigas muy cercanas. Pero, de alguna manera, miss Lee no habló nunca de lo que acaso veían todos. Le fascinó tanto la Historia y la cultura de la Italia clásica, que pareció no salir jamás de ese pasado, que cultivó y recreó, pero su obsesión esteticista por la belleza y el arte era absolutamente de su tiempo. Vernon Lee fue una esteta que quería (además de serlo) parecer sabia.
Este libro de la genial autora contiene:
*El príncipe Alberic y la mujer serpiente.
*El arca nupcial.
El día de la Ascensión, Desiderio da Castiglion del Lago terminó de pintar el panel frontal del arcón nupcial que don Troilo Baglioni le había encargado a Piero Bontempi, quien tenía su táller a los pies de la escalinata de San Massenzio, en la parte antigua de Perugia, la Augusta Perusia de los romanos. El así llamado Desiderio, representó en ella el Triunfo de Amor, tal como había sido descrito por Francesco Tetrarca, aretino, que es, con excepción de Dante —que tuvo la visión del Infierno, del Purgatorio y del Paraíso—, el único poeta que puede ser paragonado con doctos como Virgilio, Ovidio y Stazio. Por consiguiente, Desiderio dividió el panel en cuatro partes o regiones, tratando dé representar las cuatro fases de la pasión amo rosa la primera estaba dedicada a una campiña apacible, rociada con sinuosos riachuelos, radiante y frondosa, con setos de fragantes rosas, tanto de color rosa como azu; en el centro del panel representó al amor tal y como había sido descrito por el poeta: un efebo desnudo, con alas tornasoladas, sentado sobre un carruaje, con flechas y carcaj; y, en las manos, las riendas de cuatro corceles candidos como la nieve y resoplando fuego por el hocico. Sus ojos estaban vendados con un pañuelo ribeteado en oro para expresar que el amor hiere a ciegas. La segunda parte representaba una escena de montaña con castillos fastuosos y bosquecillos de pinos y encinos, propicios para la caza; y esta parte, dedicada al amor glorioso, estaba rodeada por bosquecillos de laurel. La tercera parte —áspera ac dura regio— carecía de vegetación, con excepción de cardos y zarzales, y sobre la roca estaba pintado el pelícano símbolo de la crueldad del amor, que se lacera el pecho para alimentar a su prole. Finalmente, la cuarta sección estaba dedicada a un bosque de cipreses en cuyas ramas se arrellanaban lechuzas, cuervos y otras aves de mal agüero, para expresar que el amor terrenal no conduce más que a la muerte...
*Amour dure
*La voz endemoniada.
“La voz maligna” es la historia de un músico wagneriano que cae hechizado en los canales venecianos por el canto suave, irresistible y maligno de “un soprano” famoso del dieciocho que, además de “castrati”, había sido asesino.
*La leyenda de Madame krasinska.
*La virgen de los siete puñales.