magali escribió: ↑19 Abr 2021 20:04
Terminado.
¡¡Cómo se nota cuando tengo tiempo de leer!! Además el libro es muy ameno, vuelven los protagonistas del primero y siempre tienes la sonrisa en la boca cuando interactúan.
Con respecto a la trama, me ha parecido muy bien llevada y con la intriga suficiente para seguir leyendo, los capítulos cortos y esos finales te dejan con ganas de seguir y seguir.
El único inconveniente, dada mi ignorancia en los procedimientos
forenses y policiales, ha sido el asunto de la sangre, el que no le tomen las huellas a la chica, ni le hagan un frotis de la boca..., me ha parecido un recurso fácil |
.
Por todo los demás una novela muy entretenida, muy bien escrita y que te deja con ganas de más.
Yo he pensado lo mismo hasta que he visto que
en el caso de Shneeberger pasó en dos ocasiones. Y no fue hasta años después, cuando su mujer lo acusó de haber abusado de su hija, cuando le hicieron más pruebas para comparar el ADN. |
Pero incluso así, tienes razón, no sé si es normal que
no le cojan también las huellas dactilares, pero choca. |
Terminado.
Me ha gustado mucho, me declaro oficialmente enganchada a esta serie. Genial que algo tan extraño y difícil de resolver como
la "suplantación" de sangre se haya explicado con un caso real (el de Schneeberger, que me metí a leer un poco la historia, y madremíatodo ). |
Lo de que siempre haya dentro de la policía
un tonto que además es malo, o un malo que además es tonto, en este caso Wardle, |
sí que me chirría un poco más. Es típico de estas novelas y le da emoción, pero es que los
"enemigos" de Poe siempre parecen idiotas que anteponen la enemistad personal a hacer bien el trabajo policial y resolver un caso (y no sé, hay tontos que no les sale bien ser malos, y malos que son listos, pero es que Wardle lo tiene todo). |
Y por cierto, vaya con
Flick Jakeman, para todo lo que habrá estudiado, no se la ve muy avispada. |
Sin embargo, ha habido cosas un poco así. Cuando leímos el anterior en MC, alguien se quejó de que todo dependía demasiado de las casualidades, y en este libro, creo que se repite. En este tipo de novelas siempre hay algo, sea una casualidad o una genialidad del detective, que ayuda a resolver, y en realidad no me ha molestado al leerlo, pero no sé, lo he visto una casualidad/suerte demasiado grande.
Cuando Poe
sigue la pista de las trufas termina en un restaurante donde les ofrecieron las trufas (y ellos mismos le sugirieron ir al Bullace). Hasta aquí bien, pero es que, bendita la suerte de que cuando Poe habla con la cocinera, lo escucha otra trabajadora del restaurante, que recuerda perfectamente que el de las trufas habló con un cliente habitual, que casualmente llegará al bar en aproximadamente media hora.
Suerte que Poe podrá hablar con él. Pero aquí no acaba la cosa, el cliente habitual tiene una memoria prodigiosa, y no solo recuerda toda la conversación, sino que el tipo de las trufas, a pesar de ser un encuentro casual, le dio su nombre.
Y para no dejar el golpetazo de fortuna ahí, Les Morris se había dejado la bufanda, y el cliente habitual, al trabajar en correos, consigue la dirección del hombre, para poder devolvérsela. |
De alguna manera había que llegar a
Les Morris para resolverlo todo, |
pero no sé, podía haber sido menos parecida a ganar el euromillón.
También me ha parecido poco creíble la manera tan chapucera de
Keaton de destruir el ordenador. No lo destruye de verdad, porque se puede recuperar el contenido, y además lo deja en un sitio donde si aparece, le puede ligar a todo lo demás. Que sí, que ya era difícil que apareciera el sitio, pero... Vamos, hasta yo me habría desecho mejor de un ordenador. |
Supongo que lo han hecho para
no dejar un cabo suelto (por qué mató a su hija y qué pasó con su mujer). |
Pero bueno, esto ya sí que es un detalle menor, que no empeora nada la novela (para mi gusto).