Planteado así, desde luego parece más censurable matar a una persona que vender tus favores sexuales con el fin de solucionar los problemas económicos que afectan directamente a la situación de Bub. El matiz está, creo, en la intencionalidad de Lutie, desde luego la inicial es defenderse de los ataques de Boots, no cometer homicidio. Aunque, cierto, luego le asesta todos esos golpes hasta acabar con él, posiblemente enajenada por tanta tensión. No sé cómo lo calificaría el juez, estoy buscando la continuación, pero creo que no fue escrita. Quizá homicidio, voluntario o involuntario, que no sé. Resolver historias como esta es difícil. Yo, que dejé hace tiempo de batallar contra los autores, me conformo con que sea verosímil, que pueda suceder en la vida real aunque sea excepcional, aunque no me guste el desenlace o me guste a medias. Los noticiarios se llenan con excepciones. El final de la historia, con la muerte de Boots, es verosímil. Que Lutie abandone a Bob, es más difícil de encajar. La única justificación es creer -como creo que Lutie comenta cuando se marcha en el tren a Chicago- que el sistema dará una mínima oportunidad a Bob en el reformatorio. Oportunidad que, una mujer negra y pobre, y convicta, no le dará. Me cuadra a medias, porque Lutie no podría darle un futuro, pero sí la humanidad de una madre. La desesperación de Lutie puede explicar la verosimilitud del final, y con eso me quedo. |
Ya aprovecho. En el comentario que hice al final de la lectura, dije que le ponía un “pero” a la historia, pero no quise comentarlo. Lo hago ahora, porque algo me ha cuadrado poco, aunque era necesario para que la autora llegara a ese final:
James, el conserje del edificio en el que vive Lutie Johnson y que la autora utiliza como su antagonista. Me parece el personaje menos logrado de todos, por la falta de matices. A mi me gusta encontrar matices en los malos, pero en este no hay atisbo. El problema no es ese -porque un personaje como James es creíble- sino el plan que inventa para vengarse de Lutie y que, a la postre, tendrá mucha relevancia en el desenlace de la novela. Vuelvo al argumento de la verosimilitud: quizá en la vida real, cuando Lutie fuera a ver a su hijo Bub al reformatorio, este le contaría el motivo del robo de las cartas, desenmascarando así al conserje, y dando la oportunidad a que el desenlace fuera distinto. Pero en la novela, cuando Lutie visita a Bub en el reformatorio (la única vez que lo hace), la autora pasa casi de puntillas en lo que ambos hablan, y ni siquiera hablan del asunto de las cartas (pág. 434: El guardia regresó y Lutie tuvo que marcharse. No le había preguntado a Bun por las cartas ..”). Quizá esto no sea muy creíble, pero es necesario para que la novela siga el camino hasta el desenlace |
Es el punto débil que le he visto a la novela.