Galeano escribió:Ventana sobre una mujer:
Esa mujer es una casa secreta.
En sus rincones, guarda voces y esconde fantasmas.
En las noches de invierno, humea.
Quien en ella entra, dicen, nunca más sale.
Yo atravieso el hondo foso que la rodea. En esa casa seré habitado. En ella me espera el vino que me beberá. Muy suavemente golpeo la puerta, y espero.
Me encantan todos esos relatos de Galeano que tienen como elemento a la ventana ("Ventana sobre la mujer", "Ventana sobre la palabra"...). Enseguida me viene, entre otras imágenes, el cuadro de Dalí.
La ventana como espacio de libertad, símbolo de apertura, y horizonte, la espía del gran mundo. La mujer observa, la mujer sabe.
Este fin de semana he leído bastante de los relatitos de Galeano. Ya tenía ganas. Cierto que leer de veinte en veinte no supone mayor esfuerzo, el autor es amable con el lector que diría
@durito, por lo que bien podría ser esa la frecuencia de lectura. Además algunas historias ya las conocía por el libro de bolsillo del mismo título de Alianza Cien.
Quizá sea complicado comentar una literatura tan sintética como la del uruguayo. Pero cuando una se adentra en sus letras observa elementos comunes, y temas constantes en su preocupación como cronista. También me he servido para este comentario del trabajo de Esperanza Torres, que llevo leído a la mitad, que ya nos comentó
@Kiraya. Gracias, es muy interesante.
Un rasgo formal es la fragmentación de su obra. Pequeños retazos, una especie de collage, o colocación de textos superpuestos, muchas de las veces sin cronología fija en la narración de los hechos.
Por otro lado, Galeano usa la lírica entre su prosa periodística. Con ella nos transmite no sólo emociones o sentimientos, sino impresiones subjetivas, nos mete en el corazón del personaje.
Además es un autor que alienta, que da esperanzas a pesar de todas las situaciones de injusticia y desigualdad que presenta en las mujeres. Su literatura alegra, da impulso vital.
En sus relatos cotidianos impera muchas veces lo extraordinario, bien a través del mito, la fantasía o el sueño. Es como si la vida siempre pudiera ser atravesada por lo mágico. Me acuerdo, en este sentido, del final del relato “Navegaciones”:
[…] Con ese carbón se puso a garabatear la pared; y su mano dibujó, sin querer queriendo, un barco. Y el barco se desprendió de la pared y a la mar abierta se llevó a la prisionera”. De nuevo, la esperanza, el aliento de la posibilidad de otro mundo.
El miedo es considerado también un tema recurrente. Miedo que crea contradicciones (como la se Sherezade con la paradoja muerte-miedo/vida-palabra), o que simplemente nos paraliza o moviliza. Una idea que refuta el sociólogo Zygmunt Bauman al considerar que más bien somos “adictos a la seguridad”, aunque estemos siempre inseguros de ella. Según él, hemos normalizado un “estado de emergencia” en nuestras vidas creando una sociedad paranoica en este sentido. ¿Qué pensáis? ¿hemos perdido ese ápice de aventura a lo desconocido?
Los personajes femeninos de Galeano desde luego que no. Son audaces, atrevidas, imprudentes e inconformistas. De Galeano siempre he amado la voz que otorga a los “débiles”, a los silenciados y silenciosos, a la historia en minúscula entendida como hechos (incluido personas) omitidos por las fuentes oficiales, o por el discurso monopolizado y hegemónico. Imposible no recordar a los nadies, en los que estaría sin lugar a dudas la mujer como en el relato de “Evita”.
Sin querer (queriendo) leí muchos más de los relatos pero paro aquí de comentar.