Los siete pecados capitales

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Ivanovich
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Los siete pecados capitales

Mensaje por Ivanovich »

Celebramos, en un sitio de por aquí, uno que tiene un patio acristalado que es una maravilla, que fue antigua cárcel, y donde paso horas entretenido, unas tertulias literarias los terceros jueves de cada mes. Mas que un club de lectura al uso, las sesiones giran en torno a un tema (la belleza, el mal, el azar, el viaje, etc…) y cada persona lleva un libro inspirado en ese tema, se comenta y se crea tertulia. Invariablemente empezamos hablando de los libros pero pronto pasamos a hablar de la vida.

A partir de enero, y durante siete meses, vamos a explorar los pecados capitales. Empezamos con la soberbia, y a mi me ha venido a la cabeza Fermín de Pas. Y entonces creo que releeré La Regenta, cualquier excusa vale para volver a leer esa maravillosa novela.

La idea de este hilo, por si alguien quiere aportar lo suyo, es relacionar libros con pecados capitales. Normalmente lo será por la vinculación y personalidad de algún personaje, pero igual hay otras conexiones. En fin, se me ha ocurrido traer esto aquí, por si sale algo.

Saludos,
jose2v
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por jose2v »

Si recordará el villano de La sombra del viento de Ruiz Zafon... Quizás lo relea como metáfora de la ignorancia y la lucha contra ella.
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Blanca de los Ríos Nostench.

Erase una persona tan despistada que se quedó una semana en su casa encerrada pues sus llaves no encontraba.
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magali
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por magali »

Hoy voy escasa de tiempo y no puedo pensar con claridad. Así que marco hilo para cuando soplen vientos favorables.

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Última edición por magali el 23 Dic 2023 09:47, editado 1 vez en total.
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natura
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por natura »

Lo bueno de estas propuestas son las interrelaciones que surgen con libros de diversas épocas, autor@s, países…

Por si acaso, dejo un lista de cuáles son los originales, por si alguien no se acuerda mucho de ellos :mrgreen: :arrow: :arrow:
El pecado original
Antes de asaltar cada pecado, buscamos a Santo Tomás de Aquino para encontrar una definición de pecado capital: "aquellos vicios a los que la naturaleza humana está principalmente inclinada".

El hombre peca desde que es hombre. De hecho, en la Biblia, Adán fue tentado por el diablo y, abusando de su libertad, cometió el primer pecado, el pecado original, al desobedecer el mandamiento de Dios. Desde entonces, la especie humana deambula por un tortuoso camino de espinas.

La soberbia
Para muchos, el verdadero rey de los vicios porque las personas tienden a él. La soberbia es algo así como un deseo excesivo por ser preferido a otros, el amor desmedido por uno mismo, por creerse por encima de los demás. Con esa actitud, uno está menospreciando a Dios y a los demás.

Avaricia
El amor excesivo por la riqueza es otro de los pecados capitales que más almas condena. Y es un vicio capital porque ese afán por el dinero, o por cualquier cosa que se desea desmedidamente, lleva al hombre a tratar de conseguirlo mediante cualquier medio y acto. Ahora bien, la avaricia por sí sola generalmente no es un pecado mortal.

Lujuria
La lujuria es otro de los pecados capitales más populares. Es el deseo excesivo por el placer sexual. Esa satisfacción carnal se aleja del propósito divino, el del amor entre cónyuges entregados a la procreación.
"No cometerás adulterio", reza el sexto mandamiento. Aunque el cuerpo no actúe, sólo con tener pensamientos considerados impuros, uno está pecando.

Ira
Ese sentimiento de indignación, venganza o furia es ira. Pueden ser tan fuertes las emociones desatadas, que uno puede llegar a ir en contra del amor de Dios y del prójimo. El cuánto de ira hay en un acto, determinará si el pecado es venial o mortal o incluso si es simplemente un enojo intenso.

Gula
Comer y beber cada día como si no hubiera un mañana. La gula es pecado porque se daña el cuerpo por el mero de experimentar ese placer y porque dificulta o imposibilita llevar a cabo trabajos y otros deberes. Eso sí, en la práctica, los casos de gula suelen saldarse como pecados veniales.

Envidia
Otro pecado capital masivo. La envidia es esa tristeza, pesar o rencor del bien ajeno; que se te lleven los demonios por la buena suerte de alguien, deseando que dicha fortuna fuera tuya. Es un vicio que tortura al pecador desdichado y que genera odio al prójimo.

Pereza
La pereza es el desafecto, la dejadez, por las cosas que se deben hacer. Esa falta de voluntad y esfuerzo acaba con la incapacidad del alma de llevar las riendas. Es un abandono físico y espiritual.
A mi me ha venido a la cabeza el Macbeth de Shakespeare, donde hay un despliegue de los siete pecados sin dejarse ni uno. Pero seguro que hay muchas más :meditando:
———————
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Richard Shelton
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por Richard Shelton »

Por fin, al fin un pedido original.

Empecemos con una muestra:

De Agatha Christie:

—El misterio de la guía de ferrocarriles: La soberbia
—Se anuncia un asesinato: La envidia
—Muerte bajo el sol: La lujuria
—Cianuro espumoso: La pereza.
—Noche sin fin: La avaricia
—En el hotel Bertram: La gula
—Cinco cerditos: La ira


En el 2010 RBA publicó en su colección Serie Negra un libro de 1214 páginas, con el título Los Siete Pecados Capitales, que contiene estas siete novelas de Agatha Christie, que se corresponden a esas debilidades del ser humano.

Ya regresamos con la catarata libresca...
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Richard Shelton
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por Richard Shelton »

Con Soberbia

—W. Somerset Maugham. Soberbia


—Miguel de Unamuno. Sobre la Soberbia y otros Escritos Políticos
En momentos de zozobra y duda, de torpeza y desengaño, como los que corren, puede convenir volver la vista atrás e indagar en tiempos pasados de parecido tenor. Fijarse en épocas, como las que siguieron al malhadado 1898, de derrotas interiorizadas e inciertos mimbres de futuro, para vislumbrar propuestas críticas, reflexivas, como las que, a principios del siglo XX, hizo Miguel de Unamuno (1864-1936) arremetiendo contra los muchos extraños moradores de la política: la soberbia, el fulanismo o la ramplonería, la fatuidad o el dogmatismo.


—Ramón del Valle-Inclán. Romance de Lobos
Romance de lobos la más conseguida de las Comedias Bárbaras continúa los tres hilos argumentales iniciados en las obras anteriores concentrados aquí en uno sólo: la transformación de Don Juan Manuel Montenegro que pasa del exceso y la locura de su violento vivir a una nueva conciencia de sí mismo...


—Mary Shelley. Frankenstein
Obra escrita por la británica Mary Shelley en 1816. frankenstein rebasó los límites de la propuesta y consiguió ser una pieza maestra en forma de parábola que trata de la ciencia del bien y el mal, de la soberbia y responsabilidad del conocimiento y de la soledad de los monstruos.


—J.M. Coetzee. Desgracia
A los cincuenta y dos años, David Lurie tiene poco de lo que enorgullecerse. Con dos divorcios a sus espaldas, apaciguar el deseo es su única aspiración; sus clases en la universidad son un mero trámite para él y para los estudiantes. Cuando se destapa su relación con una alumna, David, en un acto de soberbia, preferirá renunciar a su puesto antes que disculparse en público. Rechazado por todos, abandona Ciudad del Cabo y va a visitar la granja de su hija Lucy. Allí, en una sociedad donde los códigos de comportamiento, sean de blancos o de negros, han cambiado; donde el idioma es una herramienta viciada que no sirve a este mundo naciente, David verá hacerse añicos todas sus creencias en una tarde de violencia implacable.


—Máximo Gorki. Samovar
Un samovar es un utensilio casero muy característico de la cultura rusa, que sirve para hacer el té; pero también es el protagonista de esta historia de Máximo Gorki, donde se critica la soberbia y la presunción. Este precioso cuento está resuelto como un juego donde se combina la prosa y la rima. Su amena lectura ofrece múltiples posibilidades para la dramatización.


—Saul Bellow. Carpe Diem
La narración envolvente de Carpe Diem, su mordaz sentido del humor, la descripción minuciosa de la geografía interior -y exterior- de los personajes que habitan esta novela y el talento para analizar el comportamiento humano demuestran por qué Saul Bellow está considerado uno de los narradores más lúcidos del siglo XX. Carpe diem. Vive el momento. Sumérgete en el aquí y el ahora. Esas frases salidas de la boca del extravagante doctor Tamkin como un dudoso elixir milagroso rebotan contra los tímpanos de Wilhelm, un hombre acosado por varios frentes: actor fracasado, danza al son de las exigencias de su ex mujer y sus dos hijos, despreciado por la empresa que le despidió en lugar de otorgarle el ascenso prometido y ninguneado por la soberbia y frialdad de su propio padre. Pero la esperanza es lo último que se pierde, y ahora ésta se ha encarnado en setecientos dólares.


—Fernando Díaz-Plaja. El Español y los Siete Pecados Capitales
Consta de siete capítulos, uno por cada uno de los pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.

—Fernando Díaz-Plaja. El Francés y los Siete Pecados Capitales
El libro está estructurado en prólogo; siete capítulos correspondientes a cada uno de los siete pecados capitales (Soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza) y unas notas biográficas y bibliográficas del escritor.


—José Luis Carreras. Lirios de Vertedero
Una simple fotografía, que aparece en la prensa, trae al presente unos sucesos acaecidos veinticinco años atrás. En la ambición, la soberbia y la carencia de escrúpulos de algunos de los personajes de entonces se encuentra el origen de una serie de asesinatos que se producen ahora. El autor de esta novela desarrolla una trama criminal, que se remonta en el tiempo, y en la que el protagonista principal, al que ayuda su reciente prometida, se empeña en una investigación paralela a la policial, tratando de dejar a salvo el honor de su padre.


—Alejandro Ruiz Guiñazu. La Deuda
Ignacio Vargas que ha perdido la vista en plena juventud es un poco como Segismundo el protagonista de La vida es sueño prisionero en su torre. Un día Ignacio Vargas cura de su ceguera y también como Segismundo se siente súbitamente dueño de su libertad. ¿Qué hace con ella? ¿Cómo la usa? Este hombre que ha vuelto desde donde nunca creyó posible volver se siente ilimitadamente seguro de sí mismo amo absoluto de su destino. Llevado por su idiosincrasia mezcla de espíritu crítico, soberbia y megalomanía se ve arrastrado a un triple conflicto de orden pasional moral y psicológico frente a dos mujeres y un hombre...


—Marc Ferro. Nicolás II
En 1894, Nicolás II, quien sería el último zar de Rusia, lloró cuando supo que iba a reinar. Hubiese querido ser marino, viajar, recorrer el mundo. Tendría, en cambio, que asistir a consejos, leer informes, decidir: gobernar. De su condición disfrutaba las ceremonias y las fiestas; amaba la caza, la ópera y el ballet; en resumen, la vida mundana, en donde sabía desenvolverse. Dominado por su esposa, Alejandra Fedorovna -sometida a su vez a la influencia de Rasputín-, Nicolás II mereció el apelativo de "el Sangriento" a pesar de que hubiera querido ser el apóstol de la paz. Lamentó los efectos de las crueles medidas que tomó, pero creía cumplir con su deber de mantener el poder zarista obedeciendo un mandato divino. En esta obra, Marc Ferro muestra las fisuras en la formación y el carácter de un hombre que creció de espaldas a la realidad de su país, y la soberbia y el voluntarismo fatal que lo llevaron a morir tras un largo secuestro junto con toda su familia.


Curiosidad:

—Anthony Bruno. Seven
Novelización basada en el guion de Andrew Kevin Walker para la película dirigida por David Fincher.


Ya regresamos con más, más libros...
jose2v
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por jose2v »

natura escribió: 22 Dic 2023 16:44 Lo bueno de estas propuestas son las interrelaciones que surgen con libros de diversas épocas, autor@s, países…

Por si acaso, dejo un lista de cuáles son los originales, por si alguien no se acuerda mucho de ellos :mrgreen: :arrow: :arrow:
El pecado original
Antes de asaltar cada pecado, buscamos a Santo Tomás de Aquino para encontrar una definición de pecado capital: "aquellos vicios a los que la naturaleza humana está principalmente inclinada".

El hombre peca desde que es hombre. De hecho, en la Biblia, Adán fue tentado por el diablo y, abusando de su libertad, cometió el primer pecado, el pecado original, al desobedecer el mandamiento de Dios. Desde entonces, la especie humana deambula por un tortuoso camino de espinas.

La soberbia
Para muchos, el verdadero rey de los vicios porque las personas tienden a él. La soberbia es algo así como un deseo excesivo por ser preferido a otros, el amor desmedido por uno mismo, por creerse por encima de los demás. Con esa actitud, uno está menospreciando a Dios y a los demás.

Avaricia
El amor excesivo por la riqueza es otro de los pecados capitales que más almas condena. Y es un vicio capital porque ese afán por el dinero, o por cualquier cosa que se desea desmedidamente, lleva al hombre a tratar de conseguirlo mediante cualquier medio y acto. Ahora bien, la avaricia por sí sola generalmente no es un pecado mortal.

Lujuria
La lujuria es otro de los pecados capitales más populares. Es el deseo excesivo por el placer sexual. Esa satisfacción carnal se aleja del propósito divino, el del amor entre cónyuges entregados a la procreación.
"No cometerás adulterio", reza el sexto mandamiento. Aunque el cuerpo no actúe, sólo con tener pensamientos considerados impuros, uno está pecando.

Ira
Ese sentimiento de indignación, venganza o furia es ira. Pueden ser tan fuertes las emociones desatadas, que uno puede llegar a ir en contra del amor de Dios y del prójimo. El cuánto de ira hay en un acto, determinará si el pecado es venial o mortal o incluso si es simplemente un enojo intenso.

Gula
Comer y beber cada día como si no hubiera un mañana. La gula es pecado porque se daña el cuerpo por el mero de experimentar ese placer y porque dificulta o imposibilita llevar a cabo trabajos y otros deberes. Eso sí, en la práctica, los casos de gula suelen saldarse como pecados veniales.

Envidia
Otro pecado capital masivo. La envidia es esa tristeza, pesar o rencor del bien ajeno; que se te lleven los demonios por la buena suerte de alguien, deseando que dicha fortuna fuera tuya. Es un vicio que tortura al pecador desdichado y que genera odio al prójimo.

Pereza
La pereza es el desafecto, la dejadez, por las cosas que se deben hacer. Esa falta de voluntad y esfuerzo acaba con la incapacidad del alma de llevar las riendas. Es un abandono físico y espiritual.
A mi me ha venido a la cabeza el Macbeth de Shakespeare, donde hay un despliegue de los siete pecados sin dejarse ni uno. Pero seguro que hay muchas más :meditando:
:meditando: ¿En Oriente y Occidente son los mismos pecados? :meditando:
No lo sé, y por eso pregunto. Por mis ganas de aprender. :hombros:
:loco:
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Richard Shelton
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por Richard Shelton »

Revisaré unos datos en estos días y luego sigo de mi parte con el resto de pecados.

Ya verán lo que hay... :D
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por Richard Shelton »

Con Avaricia

—William Shakespeare. El Mercader de Venecia

—Francisco de Quevedo. Historia de la vida del buscón llamado don Pablos o El Buscón

—Honoré de Balzac. Eugenia Grandet

—Molière. El Avaro

—Benito Pérez Gáldos. Torquemada en la Hoguera

—Jack London. La Quimera de Oro

—Charles Dickens. Canción de.../Cuento de.../El Cántico de Navidad

—Arthur Conan Doyle. El Perro.../El Mastín.../El Sabueso de los Baskerville

—Ramón del Valle-Inclán. Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte

—Fiodor Dostoievski. El cocodrilo

—Max Aub. Espejo de Avaricia

—Patricia Highsmith. La Casa Negra

—John Le Carré. Un Traidor como los Nuestros

—Erskine Caldwell. Una luz para el anochecer

—Mark Keating. A la Caza del Oro Blanco

—Jorge Volpi. No será la Tierra

—Stefano Zamagni. La Avaricia. Pasión por tener

—Miguel García-Baro López. Avaricia

—Fay Weldon. Conexión Bulgari

—Burt Hirschfeld. Los Hombres de Dallas
Dallas la serie
Última edición por Richard Shelton el 07 Ene 2024 20:18, editado 1 vez en total.
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por Richard Shelton »

Sobre la Lujuria (erotismo, sensualidad):

—Ana Punsoda Ricart. La Lujuria

—Hilario J. Rodríguez (ed.). Ellos y Ellas. Relaciones de amor, lujuria y odio entre directores y estrellas

—Louise Perry. Contra la Revolución Sexual

—Fernando Savater. Los Siete Pecados Capitales

—Juan Eslava Galán. Lujuria: Los pecados capitales de la historia de España

—Tony Anatrella. El Sexo Olvidado

—Yukio Mishima. Lecciones espirituales para los jóvenes samurais

—George Bataille. Las Lágrimas de Eros

—Bernardo Moreno Jiménez. Los saberes sexuales en la historia. Conocimientos, creencias y mentalidades sobre la sexualidad en Occidente

—Áxel Capriles M. Erotismo, vanidad, codicia y poder. Las pasiones en la vida contemporánea
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por Richard Shelton »

Ira o Cólera

—Homero. La Ilíada
La cólera de Aquiles...

—John Steinbeck. Las Uvas de la Ira

—Fernando Díaz-Plaja. Los 7 Pecados Capitales en USA

—Fernando Díaz-Plaja. El Italiano y los Siete Pecados Capitales

—Fernando Díaz-Plaja. Otra Historia de España

—José Luis Rodríguez Del Corral. La Cólera de Atila

—Arturo Pérez-Reverte. Un Día de Cólera

—Alfonso Ussía. Del Humor, del Amor y de la Ira

—Kate O'Brien. Esa Dama. La Historia de la Princesa de Eboli

—William Napier. Atila

—Miguel Villegas. Psicología de los Siete Pecados Capitales

—Pilar Hidalgo. La Ira y la Palabra (Teatro inglés actual)

—Anita Shreve. Extraños Arrebatos de Amor y de Ira

—José Blasco del Álamo. Sueños de Sonámbulo

—Karin Altvegen. Engaño

—Jeffery Hudson. Un Caso de Urgencia

—Julián Moreiro. Escritores a la greña: envidias, enemistades y trifulcas literarias
Según Max Aub, el hombre es el único animal que tiene mala leche. Este libro lo prueba, desvelando el perfill menos favorecedor de una larga serie de escritores españoles y latinoamericanos de los siglos XX y XXI: en el trato con las musas, no es oro todo lo que reluce. Los textos reunidos son una impresionante antología del arte del vilipendio; entre la broma ocurrente y la maldad o el improperio, pasando por el desvarío, puede encontrarse lo más granado de una suerte poética que no suele figurar en los manuales y que conforma una breve y deslumbrante historia de la literatura canalla. Afilan aquí su pluma los nombres más destacados de los últimos ciento veinte años, desde Valle-Inclán a Javier Marías y Roberto Bolaño, pasando por Rubén Darío, Pío Baroja, Juan Ramón Jiménez, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Camilo José Cela o Francisco Umbral entre muchos otros. El "Inventario de impertinencias" que cierra el volumen es un catálogo de pecados capitales y de pecadores que, en su desmedido afán por zaherir al prójimo, dejan sus miserias al aire. Escritores a la greña puede leerse de corrido, como si de una novela se tratara, sin que perjudique la salud del curioso lector; pero tal vez le cause pasmo que estos virtuosos del lenguaje se exhiban en actitudes tan desairadas. Motivos no faltan para darle la razón a Montaigne: "Nadie está libre de decir necedades. Lo malo es decirlas con esmero".

—Margaret Kennedy. La Fiesta

—Almudena Grandes. Los Besos en el Pan

—Morris West. Hijos del Sol
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Richard Shelton
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por Richard Shelton »

Gula

—François Rabelais. Gargantúa y Pantagruel (Los cinco libros)

—Juan Ruiz (Arcipreste de Hita). Libro de Buen Amor
Parte de la sinposis: ... Elogio del amor. Tercera dama: la virtuosa y recogida. -Fidelidad de la dama hacia Dios y fábula del perro fiel y el ladrón. De cómo el Amor visitó al Arcipreste y de la disputa que ambos sostuvieron. -Comienza el alegato del Arcipreste contra el Amor. -Fábula del mozo que quería casar con tres mujeres. -Fábula de las ranas que pidieron rey a Júpiter. -El Arcipreste acusa al Amor de ser causa de los siete pecados capitales. -Codicia. Ejemplo del perro y el trozo de carne reflejado en el agua. -Soberbia. Ejemplo del caballo y el asno. -Avaricia. Ejemplo del lobo atragantado con el hueso de cabra, y la grulla. -Lujuria. Virgilio vengado y su venganza. Ejemplo del águila y el cazador . -Envidia. Ejemplo de la graja que se disfrazó de pavo real. -Gula. Ejemplo del león coceado por el caballo al cual quería devorar. -Ira. Ejemplo del león que, encolerizado, se suicidó. Pereza. Ejemplo del pleito entre el lobo y la zorra ante el mono, juez de Bujía. -Parodia de las Horas Canónicas. -Fin de las invectivas del Arcipreste al Amor. Fábula del topo que se fió de la rana. -El Amor contesta al Arcipreste y le da consejos. -Condiciones que ha de tener la mujer para ser bella. -Necesidad de una vieja mensajera y condiciones que ésta ha de tener. -Continúa la descripción de la mujer bella...

—María del Pilar Queralt del Hierro. Gula. Los Pecados Capitales de la Historia de España

—José Carlos Capel. La Gula en el Siglo de Oro

—Adrià Pujol. La Gula

—Patricia Sánchez Holgado et al. La Mesa del Pecado
Una tentación de libro, un regalo pecaminoso. ¿Qué plato asociamos a la pereza? ¿Y la soberbia, qué receta nos sugiere? ¿Qué cocinaríamos un día que sintamos ira, lujuria o avaricia? ¿Y la gula, cómo se interpreta en una receta? Los siete pecados capitales, (la lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia y la soberbia) son el hilo conductor de La mesa del Pecado, la propuesta gastronómica elaborada por siete de los principales protagonistas de la actual blogosfera gastronómica. Y como contraste, las siete virtudes (la castidad, la templanza, la generosidad, la diligencia, la paciencia, la caridad y la humildad) interpretadas por un octavo protagonista, que elabora sus recetas como contrapunto (o penitencia) a las iniciales. Cada receta se acompaña de una sugerencia de maridaje, en el que se detallan la ficha técnica del vino propuesto y sus notas de cata.

—José A. Cuadal. Turno de recreo. Los siete pecados capitales de la Educación
Estaba Dante condenado a vagar eternamente por el infierno buscando así expiar sus pecados, los siete pecados capitales. Los mismos siete pecados que como una pesada losa arrastra en su deambular, un mundo educativo instalado desde hace tiempo en una continua huida sin sentido. La sobrecogedora «Ira» del Bullying, la «Avaricia» de los programas bilingües todo a cien, la «Lujuria» de los Pines Parentales, la «Pereza» educativa de los padres permisivos, la «Soberbia» de los docentes Teacher Prize, la «Gula» de la constantemente exigida titulitis o la «Envidia» hacia los modelos educativos nórdicos. La realidad de un mundo, el de la educación, vista y contada desde dentro, no solo desde las aulas sino también desde el salón de nuestras casas, como padre y maestro. Analizada desde la sencillez de lo cotidiano, del día a día, sin adornos ni florituras, sin otro interés que dar visibilidad con un poco de humor e ironía a algo tan vital en nuestras vidas como es la educación de nuestros alumnos e hijos.

—Juan Eslava Galán. Una Historia de Toma Pan y Moja. Los Españoles Comiendo (y Ayunando) a través de los Tiempos
Este libro compendia la historia de España a través de sus cocinas y despensas, desde los caníbales y carroñeros de la cueva de Atapuerca hasta la increíble y sin embargo cierta invención de la tortilla de patatas sin patatas y sin huevos de nuestra más reciente posguerra. Entre esos dos hitos desfilan la salsagarumde los romanos, las albóndigas y la carne con miel de los musulmanes, el ajoblanco de los rebeldes muladíes, la adafina de los judíos, la enemistad entre don Carnal y doña Cuaresma, el teológico jamón de los cristianos viejos, la gula imperial, los pasteles de carne de ahorcado denunciados por Quevedo, la batalla entre el cocido de garbanzos y la cocina afrancesada y los aciertos y desmanes de las actuales cocinas autonómicas.Sobre el moviente y variado fondo de este retablo se va dibujando la constante del hambre de los desfavorecidos, pobres o hidalgos sin fortuna que aguzan el ingenio para sacar el vientre del mal año, las adulteraciones, los gorrones de las bodas, las especias que llegaron de América, los comedores de perro, los mesoneros del gato por liebre y otros muchos temas igualmente reveladores que el autor trata con la amenidad, ironía y rigor que lo caracterizan, hasta componer un fresco vivo del devenir de España a través de sus cocinas.

—Manuel Enríquez. El Vino y los Siete Pecados Capitales
Manuel Enríquez regresa para sorprendernos esta vez con siete magníficos relatos transgresores y adictivos, en los que el humor inteligente y la fina ironía no ocultan su lúcida reflexión acerca de la condición humana. El buen vino, ese néctar de los dioses, esa ambrosía que es capaz de conducirnos por inolvidables momentos de relax y sana alegría, llevándonos en ocasiones a que aflore lo peor de nosotros, o, simplemente, a dejarnos ver tal cual somos en realidad, es el hilo conductor de esta nueva e imperdible experiencia literaria. Narrados con el personalísimo e inconfundible estilo del autor, en El vino y los siete pecados capitales Enríquez desgrana historias asombrosas acerca de la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza. Todas repletas de intriga, todas rebosantes de ingenio, de mordacidad y de humor negro, exhibiendo una prosa minuciosa y efectiva, coronada por unos desenlaces siempre impredecibles y que deben ser regados con el caldo más oportuno para cada ocasión. Estas siete historias no hacen más que confirmar el talento literario de Manuel para imaginar esa realidad, muchas veces invisible, que acecha en los intersticios de cada vida cotidiana, imprimiendo su humor dinamitero e inventivo y haciendo gala de su, tan poco común, don de la lucidez. ¿Tendrá esta fórmula estimulantes prohibidos?.

—David de Jorge. Con la Cocina no se Juega
David de Jorge define su trabajo como «pura exaltación de la gula y el jovial disparate» que reivindica «la buena comida sin fantochadas y con buenos ingredientes: el milagro más seguro. Una gastronomía con sentido común que desenmascarará a los egochefs más horteras». A partir de esta declaración de intenciones, el objetivo de este libro es componer un excepcional menú de infinitos platos que pueden combinarse con libertad absoluta: breves piezas que nos hablan sin solemnidad de vinos, aceites, mercados, platos, cocineros, restaurantes y comilonas, elaboradas con un lenguaje coloquial y desenfadado, irreverente en ocasiones y siempre inteligente.
Última edición por Richard Shelton el 06 Ene 2024 23:03, editado 2 veces en total.
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Ivanovich
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por Ivanovich »

Gracias, compañero. Cuando abordemos otros “pecados”, echaré un vistazo a tus listas. Por ahora, con la “soberbia”, vuelvo a leer La Regenta, y al Magistral Fermín De Pas (el personaje elegido para el pecado), vicario general de Vetusta, y su rivalidad con el “tenorio” Álvaro de Mesía por conquistar, ya sea el espíritu, ya sea la carne, pero cada uno con sus armas, a Ana Ozores. Qué novela tan extraordinaria, ese retrato de la sociedad provinciana de Vetusta. Ya me lo pareció la primera vez, pero esta segunda más aún. Las 1000 páginas se leen con placer, pronto llegaré a la mitad de la historia.
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por Richard Shelton »

Envidia

—William Shakespeare. Otelo

—Lope de Vega. El Perro del Hortelano
Múltiples elementos constituyen el andamiaje dramático de El perro del hortelano de Lope de Vega, una de las comedias más deliciosas del teatro español del siglo XVII. Su personaje central, Diana, mueve prácticamente los hilos de la acción, basada en un conflicto amoroso y social, de continuos enredos y engaños, de falsas identidades, y de una ansiedad sexual que refrena el decoro, la posición jerárquica y la estima social. Amor y celos, frustración sexual y deseo, envidia y formas de decoro, inteligencia y engaño, gracia lingüística y chiste apicarado, constituyen el imán de atención para el lector/espectador de una de las más amenas comedias de Lope.

—Edgar Allan Poe. Cuentos: El Barril de Amontillado

—Miguel de Unamuno. Abel Sánchez
Esta obra puede ser leída como otra versión de la vieja historia de Caín y Abel -una historia de pasión- o como el análisis de la interioridad de un personaje -la historia de una pasión-. Más allá todavía de ello, Unamuno trata de penetrar en lo que se ha señalado como vicio histórico de los españoles, la envidia y el cinismo.

—Antonio Larreta. Volavérunt

—Carlos Fuentes. La Silla del Águila

—Chufo Llorens. Te Daré la Tierra
Pasión, amistad, envidia, honor y venganza en la Barcelona del siglo XI. La Barcelona medieval abriga entre sus murallas dos historias, ambas marcadas por el amor y la ambición: la de un joven campesino que logra cambiar su destino con la única esperanza de prosperar, conseguir la ciudadanía y hacerse así merecedor del amor de una joven de alcurnia, y los amores adúlteros del conde de Barcelona, que sumen a la ciudad en un peligroso conflicto político. Te daré la tierra une con maestría ficción e historia para mostrar el fresco vívido de una ciudad en la que los pactos, el linaje, las intrigas palaciegas, la ambición comercial y la convivencia entre diferentes religiones se tiñen con las emociones más intensas: pasión, amistad, envidia, honor y venganza. Una novela apasionante y ambiciosa que sumerge al lector en la época en que comienza la forja de una ciudad.

—Tennessee Williams. La Gata sobre el Tejado de Zinc Caliente

—Philip Roth. Elegía

—V.C. Andrews. Un destello en la niebla

—Elizabeth George. Por el Bien de Elena

—Radhika Jha. Mi Bella Adicción

—Ángela Vallvey. Mientras los Demás bailan

—Mary Higgins Clark. Mientras mi preciosa duerme

—Sarah Lark. El Rumor de la Caracola

—Anna Godbersen. Envidia

—Josephine Hart. Envidia

—Françoise Mallet-Joris. Divina

—Clare Mackintosh. Te estoy viendo

—Joseph Epstein. Envidia
Una malevolencia silenciosa, una hostilidad fría y secreta, un deseo impotente, un rencor oculto y mortificante... Todos estos elementos componen el núcleo de la envidia. Según Joseph Epstein, la envidia nubla el pensamiento, quebranta la generosidad, rompe cualquier vestigio de paz y acaba marchitando el corazón. De los siete pecados capitales, concluye, la envidia es el único que no tiene nada de divertido.
Adoptando un estilo coloquial, erudito y desmitificador que arroja luz sobre su propio pensamiento, Epstein realiza un recorrido estimulante por las múltiples facetas de la envidia. Evalúa lo que los grandes pensadores –como Schopenhauer, Nietzsche y John Rawls-- han escrito sobre la envidia; distingue entre envidia, anhelo, celos, resentimiento y schadenfreude («un árbol perenne en el descuidado jardín de las emociones amargas») y elabora una lista de cosas susceptibles de envidia, como la riqueza, la belleza, el poder, el talento, el conocimiento y la inteligencia, la buena suerte y la juventud (o, como reza el título del capítulo que Epstein dedica a la juventud, «Los jóvenes: que Dios los maldiga»). Pero también analiza el resentimiento académico, que produce una envidia mezclada con excentricidad, atizada por la impotencia y proyectada sobre un telón de fondo de injusticia cósmica; ofrece una lúcida lectura de Otelo, considerando la envidia de Iago más relevante que los celos del protagonista; y señala que la envidia contiene una gran concentración de malevolencia, porque el envidioso quiere destruir la felicidad de los demás. Así, apunta que la envidia del éxito de los judíos en Alemania y Austria pudo ser el desencadenante del virulento antisemitismo de los nazis.
Como ya se hizo patente en otro de sus libros, Snobbery, Joseph Epstein tiene una capacidad inimitable para analizar nuestros defectos de un modo reflexivo, provocativo y ágil. Aunque la envidia no sea divertida, la Envidia de Epstein es, sin duda, un texto de lectura absorbente.


—Elsa Punset. Una Mochila para el Universo
¿Cuánto debe durar un abrazo? De qué sirve llorar? Qué podemos hacer para cambiar nuestra suerte? Tiene algún propósito el enamoramiento? ¿Y por qué es tan inevitable el desamor? ¿Cómo aprendemos a tener miedo? A partir de qué edad empezamos a mentir? ¿Por qué sentimos envidia? ¿Cuántos amigos necesitamos para ser felices? Podemos evitar estresarnos sin necesidad? Por qué le importa más a un hombre que a una mujer que le rayen el coche? Y, más allá de las mil dietas milagrosas, existen trucos emocionales para adelgazar? A éstas y muchas otras preguntas, trascendentales y cotidianas, responde Elsa Punset en este libro, concebido como una pequeña guía de rutas variadas que transitan por la geografía de las emociones humanas con el propósito de hacernos más fácil comprenderlo que nos rodea, reconocerla importancia de nuestras relaciones con los demás,descubrir que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, encontrar formas eficaces de comunicarnos,gestionar la relación entre el cuerpo y la mente, potenciar el caudal de alegría que encerramos, organizarnos para lograr fijar y cumplir nuestras metas y ayudar al cerebro humano a contrarrestar su tendencia innata a la supervivencia miedosa y desconfiada . Porque, como señala Elsa Punset con palabras transparentes y sencillas, para transformar nuestras vidas y nuestras relaciones no necesitamos tanto como creemos: en una mochila ligera cabe lo que nos ayuda a comprender y a gestionar la realidad que nos rodea . Una guía indispensable para entender a los demás y manejarse con éxito en el universo de las emociones.
Última edición por Richard Shelton el 07 Ene 2024 20:22, editado 1 vez en total.
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ratonB
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Re: Los siete pecados capitales

Mensaje por ratonB »

Son infinidad las novelas que tratan las principales debilidades humanas. Unas más que otras porque pecados como la soberbia o la envidia se prestan mucho mejor a ello. A mí me han venido dos títulos a la cabeza que entran de lleno en el tema y que no dejo nunca pasar la ocasión de recomendar. El viaje de los siete demonios del maestro del humor Mújica Láinez, y el ensayo El español y los siete pecados capitales, de José María Gironella. En éste último nombra a la Envidia como nuestro pecado nacional; sólo hay que mirar a nuestro alrededor para comprobarlo.
Billy Budd, marinero. Melville, Herman

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