Por si las voces vuelven - Ángel Martín

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Psycho Dave
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Re: Por si las voces vuelven - Ángel Martín

Mensaje por Psycho Dave »

Llevaba mucho tiempo debatiéndome si leerme este libro o no. Trabajo en salud mental, y varios colegas de profesión me hablaron muy entusiasmados de él cuando se publicó, pero el caso es que salvo honrosas excepciones, me cansa muchísimo leer sobre cosas relacionadas con mi trabajo en tiempo libre. Busco en la lectura cierta evasión, cierta sensación de maravilla que dudaba que me aportara esto... me daba muchísima pereza. Pero al final por un cúmulo de circunstancias, me lo he acabado escuchando con mi mujer en audiolibro (es bastante cortito). Lo narra el autor como si fuera un monólogo de stand-up (con alguna improvisación/divagaciones breve) lo que le da un plus a la experiencia sobre todo por el énfasis, aunque tampoco es que pueda comparar.

Soy consciente de que por todo lo anterior no soy parte de la demográfica objetiva del libro. Quizá por esto mismo voy a lanzar una opinión/análisis algo polémico que espero resulte relevante sin que necesariamente desanime a nadie a acercarse a él o disfrutarlo. Pero espero que, en cuanto a las conclusiones que desarrolla el autor, sirva para aportar cierto escepticismo sano que creo está muy ausente durante casi todo el texto.
Perdón por el tocho de antemano.

Empezaría abordando la parte premórbida, que es quizás tan importante como el propio cuadro agudo (en lo que se centra el libro). Rescato una anécodta del cómic de Watchmen aquí:

"Un hombre va al médico. Le cuenta que está deprimido. Le dice que la vida le parece dura y cruel. Dice que se siente muy solo en este mundo lleno de amenazas donde lo que nos espera es vago e incierto. El doctor le responde; “El tratamiento es sencillo, el gran payaso Pagliacci se encuentra esta noche en la ciudad, vaya a verlo, eso lo animará”. El hombre se echa a llorar y dice “Pero, doctor… yo soy Pagliacci”."

Muchos cómicos beben de la tragedia. Son gente moderadamente torturada o fuera de sincronía con el mundo, en numerosas ocasiones bastante infeliz, cuya única tabla de salvación consiste en transformar lo trágico en hilarante. Los ejemplos abundan: Richard Pryor, Robin Williams, Chris Farley, Jim Carrey, John Belushi... la impresión que siempre me ha dado Ángel Martín, en sus monólogos y cuando estaba en SLQH, era en esa línea: un tipo bastante misántropo incluso cuando tenía un buen día, con el que me puedo reír pero al que no me gustaría parecerme. Y por lo general mientras más misántropo, más ácido, sarcástico y divertido. Igual me equivoco: es solo una opinión. Pero si es cierto, creo que explica un poco de lo que hay en el libro.


Parte de lo que entiendo ha despertado entusiasmo con este libro es que supone un ejercicio de aparente honestidad que se acepta como un acto valiente. No voy a negar que lo es, pero seguramente se queda a medio camino en algunas cosas, y posiblemente actúa como cierta defensa hacia sí mismo de esto que he mencionado arriba. En particular, su relación con otras personas y con el resto del mundo.
Un gran problema de la Psiquiatría es que la gente, por lo general, no quiere ver la realidad. Cuesta muchísimo. Aquí lo tenemos en un sentido literal (el cuadro psicótico) pero creo que va más allá. Es imposible no percibir en todo lo que cuenta, lo bueno y lo malo, una cierta pátina de... nostalgia. En numerosas ocasiones Angel Martín habla de sus alteraciones perceptivas, incluso si intenta matizarlo, como si se le hubiera concedido un privilegio absoluto, un golpe de suerte que le distingue del resto de la humanidad: de repente puede escuchar a Mozart en directo, o pensar que va a arreglar el mundo y todos van a ser felices en una realidad que va creando él. Como en todos los cuadros psicóticos hay inestabilidad y altibajos y entiendo que darse cuenta por primera vez que esto no es así y que su comportamiento ha sido percibido como absurdo y desorganizado debió dejarle hecho trizas. Sin embargo mi impresión a medida que narra toda la experiencia, con divagaciones varias incluidas, no es tanto un intento de explicárnoslo, sino de revivirlo. Aprecio esto más en la forma que en el fondo (esto también tiene, pero voy a evitar meterme aquí): la innecesaria cantidad de detalles que da hasta hacerse repetitivo (veo que no soy el único), y cómo relaciona sus experiencias y justifica sus decisiones antes durante y después del episodio agudo.

Algunos ejemplos de lo que quiero decir (todo es "spoiler" aunque creo que no es tan relevante como para tagearlo):

- Cuando habla de las drogas: si fumas cannabis con THC y aparte te metes MDA con frecuencia es probable que acabes con síntomas psicóticos. Es probable incluso que abras una puerta a la psicosis que no se llegue a cerrar incluso si dejas de consumir durante el resto de tu vida. Me da la sensación de que es el caso de Ángel, cuando habla de que sigue escuchando voces tras el alta, ya con medicación y sin drogas. Si ha pasado más de un mes, eso no es un "T. inducido por...", amigo. Creo que no incide con suficiente importancia o claridad en este punto cuando afirma "estoy convencido de que usada correctamente y con control [la marihuana] es una sustancia fascinante". Opinión discutible, pero viene de un tipo al que le sienta muy mal. En las adicciones la sustancia, la conducta, es siempre el síntoma. El verdadero problema está en otro lado. Si el cannabis no hubiera aportado ninguna experiencia positiva aparte de las negativas, no pensaría eso... pero el caso es que la línea entre una y otra es muy borrosa para la mayoría que acaban así. Por eso es importante preguntarse por qué Angel Martín se siente así respecto a esas experiencias. Pero él no lo hace, así que es importante que lo hagamos nosotros. No voy a especular, pero recomiendo que cada cual saque sus conclusiones.
Y pese a todo reconoce: "tampoco juraría no volver a probarla nunca más, así que a lo mejor un poquito gilipollas sí que soy". BUeno, aceptaré esto a falta de algo mejor, después de tres páginas defendiendo el cannabis...

- Cuando habla de los psicólogos: "tuvo una mala experiencia" no hace justicia realmente a lo que se lee entre líneas. Para empezar, está el por qué le derivaron en primer lugar. Ya dice que estaba en modo pasivo "no-me-entero-de-nada", pero si cuando escribe la experiencia ha pasado un tiempo y está mejor, debería hacerse esa pregunta. No todos los cuadros psicóticos se derivan a psicología, y aunque es algo que varía ampliamente entre servicio, profesional y caso concreto, diría que más allá de trabajar un poco de conciencia y psicoeducación (que de cualquier forma, también es trabajo del psiquiatra) los psicólogos no tienen mucho que hacer: la clave con estos pacientes es buscar la efectividad del fármaco y su tolerancia adecuada (para que se lo tomen, claro). Intuyo que parte de lo que exponía arriba sobre la misantropía y las dificultades en las relaciones pueden haber tenido que ver con las conductas de retraimiento social y más consumo de droga, y esto (la conducta adictiva) se tiene que abordar desde los propios rasgos de personalidad, sobre todo cuando es un condicionante potencial de que consuma droga (y por tanto, recaiga en la psicosis).
Ángel no cuestiona esto. Probablemente sea un error mandar a un paciente a un psicólogo si no entiende qué es lo que va a hacer allí y si no está motivado, tengo que señalar.
Luego procede a relatar una experiencia verdaderamente surrealista con el psicólogo que le tocó. En su descargo, me puedo creer que sea totalmente cierto porque conozco a algunos profesionales de este calado que le importa más el billetazo que otra cosa, aunque no creo ni con mucho que sean la norma. Tuvo muy mala suerte (igual es por Madrid, que aquello es la guerra en asistencia), pero una vez más me resulta insuficiente el cómo no plantea realmente esto y su falta de análisis puede dar a entender que esto es frecuente, o incluso normal, al lector poco atento.
Por último, aprecio cierta piel fina hacia el final cuando atribuye una importancia desmesurada a una frase tan tonta como "no, lo has hecho mal" hasta el punto de que se ve le cabreó y llegó a pegarle un broncazo al tipo por teléfono. Esta hipersensibilidad emocional no sé cuánto es secundaria al cuadro psicótico (en mi experiencia, no lo es) y cuánto de los propios rasgos de personalidad del paciente. Culpa del psicólogo por un lado por faltarle tacto y cuidado en un paciente que potencialmente ha tenido experiencias paranoides; pero culpa también de Ángel por no plantearse, siquiera después en el análisis de toda la escena, hasta qué punto el error de comunicación que hubo entre los dos (porque claramente, no fue más que eso) fue en parte su responsabilidad.
Ni siquiera hay amago de examinar su propia conciencia. He estado al otro lado de esa llamada cabreada alguna vez, como lo ha estado casi cualquier médico, y aseguro que es profundamente desagradable pagar tan caro un desliz pequeño, que ni siquiera uno es consciente de haber tenido...

- Cuando habla de que lo normal es relativo: hay menciones veladas a que tras el ingreso encendía la tele, veía algo de telebasura y se cuestionaba quién era el loco realmente, si él o aquella gente a la que pagan por pegarse gritos en un plató. Una reflexión válida. La mayoría de personajes que aparecen en prensa del corazón (con la que no dudo él tiene amplia experiencia) actúan un personaje o tienen rasgos de la personalidad relativamente disfuncionales, y si es lo segundo apoya su hipótesis: están tan "locos" como puede haberlo estado él, pero la sociedad los integra como algo normal porque les tiene bajo contrato para espectáculo público. Pero la respuesta adaptativa a esto no es integrar tu psicosis como una experiencia maravillosa y definirla literalmente como "Lo mejor que me ha pasado en la vida" (lo hace enfáticamente, varias veces)... porque si es tan maravillosa, querrás volver a ella. La verás como algo positivo que quieres reexperimentar e inevitablemente, ese es el camino de vuelta a la recaída. En las adicciones uno no puede dejar de hacer algo que le gusta hacer: y aquí no hablo de cannabis solamente. Ángel se cree de verdad estas palabras, no las dice para ser polémico, así que supongo que le veré en la próxima experiencia psicótica que tenga (y publique, su bolsillo se lo agradecerá) que desafortunadamente creo es más un "cuándo" que un "si".

Me planteo cuánto tiene uno que odiar la realidad para agradecer que una enfermedad mental le saque de ella, incluso si es solo un rato.

En resumen, me parece bien que haya escrito el libro pero me asombra la importante falta de insight que tiene y cualquiera que lo lea deberá tomarse todo lo que concluye con pinzas.
Es una romantización, totalmente involuntaria pero palpable, de su experiencia, que creo deriva de sus circunstancias personales. No se puede aplicar a otros psicóticos (por mucho que él apunte que sí), ni probablemente a otras personas tengan o no problemas de salud mental. No sé si él mismo diría lo que dice aquí si escribe y publica esto dentro de veinte o treinta años. Creo que Ángel Martín, como la mayoría de cómicos con éxito, es un tipo extremadamente listo, y por tanto con un riesgo alto de sentirse alienado por una sociedad que no comprende y en la que no consigue encajar. Toda la temática de su psicosis, y la relación que tiene con su experiencia post-hospitalaria (las drogas, lo del psicólogo, el cómo "dejó aparentemente de ir al psiquiatra" aunque ni se acuerda ni profundiza en esto o en por qué) es muy reveladora de ello.

Me parece también de interés resaltar cómo ha titulado el libro: "Por si las voces vuelven". Da la impresión de que "el que las voces vuelvan" no es algo que esté, en una gran parte, bajo su control... y yo no estoy de acuerdo con eso. Puede hacer las cosas perfectamente bien y aun así hay una posibilidad de que las voces vuelvan; pero las probabilidades bajan al mínimo precisamente si hace las cosas perfectamente bien. En ese punto, su única salvación posible es tratar el problema como si estuviera efectivamente bajo su control, incluso si no es así: no tomar drogas, seguir las recomendaciones prescritas (en lugar de abortar el seguimiento), etc, etc.

Pero da la impresión de que ha dejado la puerta abierta. "Por si...", por si acaso. Igual lo echa de menos.
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magali
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Re: Por si las voces vuelven - Ángel Martín

Mensaje por magali »

Gracias por tan extenso e interesante comentario, @Psycho Dave .
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Sue_Storm
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Re: Por si las voces vuelven - Ángel Martín

Mensaje por Sue_Storm »

@Psycho Dave, me parece interesantísimo tu comentario, con el que no puedo estar más de acuerdo y al que nada tengo que añadir.
No creo que un libro como este vaya a ayudar a nadie. Yo lo vi como un ejercicio de egolatría; ahora, después de leer tu comentario, entiendo muchas más cosas.
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Kobayashi
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Re: Por si las voces vuelven - Ángel Martín

Mensaje por Kobayashi »

Psycho Dave escribió: 16 Feb 2024 21:09 Pero da la impresión de que ha dejado la puerta abierta. "Por si...", por si acaso. Igual lo echa de menos.
De momento creo que ha sacado ya un segundo libro :lista: El primero lo leí, del nuevo, paso...
:101: LAS SIETE LUNAS DE MAALI ALMEIDA Shehan Karunatilaka
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