«Un pajarillo vino llorando, lo quise consolar,
toqué sus ojos con mi pañuelo:
pupila de águila, pupila de águila.»
Violeta Parra - Pupila de Águila (con Alberto Zapicán)
[...]
—Está bien, tomaré el caldo —y Martina se incorporó un poco en la cama.
Clara le acercó la taza.
—¿Qué cantabas?
—Una canción de Violeta Parra.
—¿Violeta Parra?
—¿No la conoces?
—No.
—Eres muy joven para conocerla.
—¡Pero bueno!... —exclamó la enfermera—. Pues si yo soy joven, tú, mocosa, ¿qué eres?
Martina sonrió.
—Yo me sé de memoria casi todas las canciones de Violeta Parra.
—Tendrás que dejarme algún disco para que yo pueda conocer también a esa señora,
—No, podrías estropearlos.
Martina terminó de beber el caldo y entregó la taza a Clara. Luego se dejó caer en la cama y se tapó con la sábana hasta los hombros.
—¿Tienes sueño? —preguntó la enfermera.
—Sí.
[...]