En la parte soleada - Ivo Andric

[Sue_Storm]

Cerraremos este INOLVIDABLE mes de marzo de 2020 (qué razón tenía Shakespeare; esperemos que los idus de abril nos sean más propicios) con un nuevo relato de Ivo Andric. ¡A ver si os gusta!

[laaguja]

INOLVIDABLE y PARA OLVIDAR.

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[jilguero]

[Arden]

"No éramos nosotros los primeros ni los últimos presos que tras rejas, muros y candados, tornando insignificantes trocitos de la realidad diaria, soñaban el sueño de una existencia libre y el contacto con el mundo y la gente."

Lo que más me ha llamado la atención es, precisamente lo oportuno del relato. Llevamos confinados 15 días, yo tengo suerte, un buen piso con terraza, aunque por el tiempo no he podido subir lo que hubiera querido, miles de libros, películas, etc..., pero mis padres solo se tienen a ellos, un televisor, una ventana asomada a la plaza, y cuando hablo con ellos me hablan de esas pequeñas insignificancias que ocurren en una plaza desierta, la televisión les aburre, todo son malas noticias y les cansa, pero el aplauso de las 8, el vecino que sale a tirar la basura, a sacar al perro. Pues ahora leyendo el relato, imagino esas dos alfombras de luz, como hoy, puesto que llevaba días a oscuras lloviendo o muy nublado, y me imagino en ese otro confinamiento que es la prisión, y serían como dos alfombras persas de lujo, y esa ventana que les da no la vista uniforme de los tejados de la ciudad sino ese pedacito de vida donde se produce un acontecimiento simple, una mujer que sale a colgar la jaula del canario y después a descolgarla y entrarla en casa, ese pequeño acontecimiento al menos les da esperanza, les da qué hablar, les da vida. Por lo que deduzco, están en guerra mundial, imagino que la Segunda, y los hay que estarán en prisión por motivos políticos, de ahí que uno de los protagonistas estudie Derecho, a diferencia del antagonista que es un viejo amargado que está por estafador, y que intenta, por envidia, de sus años y de sus esperanzas, acabar con lo único que les da algo de ilusión.

En fin, a mí me ha gustado, bien escrito, y con un sueño final muy acorde con el autor por otros relatos suyos que hemos leído.

[magali]

Por aquí estaré cuando pueda concentrarme de nuevo en la lectura

[jilguero]

Lo que más me ha llamado la atención es, precisamente lo oportuno del relato.

Lo mismo digo, oportunidad máxima, pues justo esta mañana al despertarme vi que el sol daba en la almohada y corrí a abrir la ventana y aprovechar ese sol que ahora no tenemos a nuestro alcance. Y luego daba en un sillón del salón, y allá que me instalé con la ventana abierta de par en par.

Creo también que el autor transmite muy bien la situación, la necesidad de los presos más jóvenes de aferrarse a algo que le recuerde que sigue existiendo vida fuera de la cárcel, en este caso la mujer colgando la jaula de su pájaro.

Por lo que deduzco, están en guerra mundial, imagino que la Segunda, y los hay que estarán en prisión por motivos políticos, de ahí que uno de los protagonistas estudie Derecho, a diferencia del antagonista que es un viejo amargado que está por estafador, y que intenta, por envidia, de sus años y de sus esperanzas, acabar con lo único que les da algo de ilusión.

Pues aquí me respondes a algo que he echado en falta, que ha picado mi curiosidad, que es el comportamiento tan distinto de unos y otros prisioneros.

bien escrito, y con un sueño final muy acorde con el autor por otros relatos suyos que hemos leído.

No es un texto que vea redondo ni mucho menos, pero este hombre le da un toque poético a los hechos más nimios, como ese sueño final del joven tuberculoso, o esa descripción de los rayos de sol, o del pájaro en movimiento, que hace que leerlo me quede con buen sabor de boca.

[klatubaradaniktó]

Subo...



klatubaradaniktó

[clachalote]

Me estaba gustando bastante el cuento, pero me desentonó el final. Al menos a mí no me hace sentido cerrar, de forma tan abrupta, con la idea de una canción.
Fuera de eso, todo lo que describe de esos pequeños detalles, me parece bien logrado y, como ya comentaron, muy atingente a lo que está pasando.

[Gretogarbo]

Quizás sea el relato de este autor que más me haya gustado de todos los leídos. No obstante, no creo que quede en mi memoria.

[klatubaradaniktó]

Último cuento de Andric... de los leídos en el mes de marzo, claro. Yo, en abril. Menuda soy...

Bien. Estamos delante de un cuento que presenta una variante del síndrome de Estocolmo. Una serie de jóvenes presos, que tal vez estén en la situación más compleja de su corta vida, contemplan cada mañana el alivio que un carcelero da a otro preso con el que se identifican. No son capaces de perfilar las facciones de ese preso. Apenas entreven que parece un canario amarillo, y así lo llaman. Pero su interés primario no está en su solidaridad con el enjaulado, sino con el carcelero. Alguien que es capaz de dominar la "libertad" del canario. Alguien que dispone que aquel pueda disfrutar de su franja de luz, infinitamente mayor que la suya propia. Ya nos ha contado el narrador-protagonista su querencia hacia las alfombras de sol que diariamente se extienden al paso de los presos en la gran celda que ocupan y cómo deambulan por esas franjas de luz que crecen y disminuyen al paso inexorable de la jornada... ¡Qué envidia le tenemos al canario! Esa mujer, rubia como el sol, carcelera también, diosa de la libertad, dispone franjas horarias para que el canario tenga torrentes de sol, sábanas de luz... y aire libre, claro, puro, que corre entre los barrotes de celda llevando los olores de otros hogares, otros espacios... suburbiales, sí... de la "Banlieue"... pero ¡qué frescos!
La rubia es Dios. Todopoderosa. Sublime sacerdotisa de la libertad. Una libertad bien administrada. De noche, te recojo dentro de casa... de día, respira hondo los aires de la ciudad. No es extraño, por tanto, la idealización de la mujer... es rubia, o eso parece... tiene una edad indefinida, pero, ¿qué más da la edad? Los jóvenes presos la adoran... yo quiero tener una mujer rubia de edad inasible que me lleve y me traiga, que disponga de mí, pobre canario enjaulado, privado de libertad, que diga cuándo es de noche y cuándo los días son... ¡Cuánto se parece esa parte del cuento a aquel romance tradicional del siglo XV, en que el prisionero desconoce las horas sino por el "avecilla que le cantaba al albor"!
Los jóvenes no solo se encaprichan de Eva, la Diosa rubia, madre de los presos, sino que inician su cruzada personal contra el "viejo de la esquina"... no toleran sus burlas ni sus ataques... El viejo es un cínico, ladrón tal vez, que encubre en su papelería actos ilegales... suponemos... está de vuelta de todo. Mira a los jovenzuelos con desdén. La vida es amarga... Los escenarios son mentira, la solidaridad encubre vicio, las mujeres son putas, todas, y, por lo tanto, esta que miráis también. Lo sé yo que tengo más años que vosotros y... ¿quien puede contradecirme?
Las brecha generacional se amplia, se agiganta... acaba como el Rosario de la Aurora. A golpes... cada uno a su casa, y Dios en la todos... o la Diosa en la de todos. Porque todos son confinados (¡horror, ha salido el término!) en otras celdas y cada uno se lleva su imagen de la única Diosa todopoderosa... Diosa que, por cierto, ha desaparecido. Ya no sale al balcón. Ya no da libertad al canario. Es el antiguo Dios hebreo tronador, que hacía milagros, convertido en Dios cristiano, desaparecido, mudo, manco.

La vida me ha cambiado... Voy a morir, pero mi Dios está presente. Él, ella, me salvará. He visto, en mi celda de castigo, a mi Diosa, "silenciosa, discreta, que se acercó, se levantó de puntillas y [...] colgó la jaula por encima de mi cabeza... como un sol.
Ella vive... y me va a salvar...

klatubaradaniktó